Los Boy Scouts de Estados Unidos podría abrir muy pronto las puertas a los líderes scouts gays y a los propios exploradores homosexuales, luego de revocar su política de exclusión de larga data, que sería votada la próxima semana por el consejo de los directores del grupo.
La medida afectaría a scouts como Ryan Andressen, de California, que comenzó como cachorro scout a la edad de 6 años, y a pesar de ganar 21 condecoraciones en un intento en convertirse en Eagle Scout, fue rechazado por ser gay.
Los padres de Ryan se convirtieron por eso en incansables impulsores de la petición para eliminar esa política, una tarea cuesta arriba cuando se piensa en que apenas el verano pasado la organización rechazó un pedido, con más de 300.000 firmas, de grupos que auspiciaban una mayor apertura de la organización respecto a la orientación sexual.
Hasta el presidente Barack Obama y el excandidato presidencial Mitt Romney pidieron durante la campaña política pasada la admisión de boy scouts gay, la cual finalmente ha llegado.
“Ya era tiempo”, dice el padre de Ryan. “Uno de los objetivos del reglamento de los scouts es que hay que ser honesto, digno de confianza y a estos muchachos no se les ha permitido hacerlo”.
Jennifer Tyrrell también cuenta la historia de su hijo de siete años, Cruz Burns, quien quería ser cachorro scout, así que ella se convirtió en líder de la madriguera.
“Antes de darme cuenta mi vida se llenó de premios al mérito y nudos”, recuerda Jennifer. Hasta que fue despedida, cuando le dijeron que su orientación sexual “no cumplía con los altos estándares de conducta”, que sería una distracción.
“Pues no soy una distracción. Alicia no es una distracción. Somos madres y somos estadounidenses”, asevera.
Finalmente, para todos ellos, la presión –y no solo la de los rostros, las familias y los llamados de los políticos, sino también la económica—ha hecho mella. El apoyo de algunos de los patrocinadores más grandes de los Boy Scouts podría esfumarse de no hacer el cambio en la política.
La Organización de Los Boys Scout de Estados Unidos con sede en Irving, Texas dijo en un comunicado que discute “la posibilidad que se elimine la restricción de pertenencia nacional en relación con la orientación sexual. Esto significa que ya no sería una política nacional en materia de orientación sexual, pero que las organizaciones autorizadas que supervisan y entrenen aceptaría la membresía y seleccionar a los líderes consistentes con la misión de su organización, sus principios o creencias religiosas. Miembros de la (organización Boy Scouts of America) BSA y los padres podrían elegir una unidad local que mejor se adapte a las necesidades de sus familias”.
La medida afectaría a scouts como Ryan Andressen, de California, que comenzó como cachorro scout a la edad de 6 años, y a pesar de ganar 21 condecoraciones en un intento en convertirse en Eagle Scout, fue rechazado por ser gay.
Los padres de Ryan se convirtieron por eso en incansables impulsores de la petición para eliminar esa política, una tarea cuesta arriba cuando se piensa en que apenas el verano pasado la organización rechazó un pedido, con más de 300.000 firmas, de grupos que auspiciaban una mayor apertura de la organización respecto a la orientación sexual.
Hasta el presidente Barack Obama y el excandidato presidencial Mitt Romney pidieron durante la campaña política pasada la admisión de boy scouts gay, la cual finalmente ha llegado.
“Ya era tiempo”, dice el padre de Ryan. “Uno de los objetivos del reglamento de los scouts es que hay que ser honesto, digno de confianza y a estos muchachos no se les ha permitido hacerlo”.
Jennifer Tyrrell también cuenta la historia de su hijo de siete años, Cruz Burns, quien quería ser cachorro scout, así que ella se convirtió en líder de la madriguera.
“Antes de darme cuenta mi vida se llenó de premios al mérito y nudos”, recuerda Jennifer. Hasta que fue despedida, cuando le dijeron que su orientación sexual “no cumplía con los altos estándares de conducta”, que sería una distracción.
“Pues no soy una distracción. Alicia no es una distracción. Somos madres y somos estadounidenses”, asevera.
Finalmente, para todos ellos, la presión –y no solo la de los rostros, las familias y los llamados de los políticos, sino también la económica—ha hecho mella. El apoyo de algunos de los patrocinadores más grandes de los Boy Scouts podría esfumarse de no hacer el cambio en la política.
La Organización de Los Boys Scout de Estados Unidos con sede en Irving, Texas dijo en un comunicado que discute “la posibilidad que se elimine la restricción de pertenencia nacional en relación con la orientación sexual. Esto significa que ya no sería una política nacional en materia de orientación sexual, pero que las organizaciones autorizadas que supervisan y entrenen aceptaría la membresía y seleccionar a los líderes consistentes con la misión de su organización, sus principios o creencias religiosas. Miembros de la (organización Boy Scouts of America) BSA y los padres podrían elegir una unidad local que mejor se adapte a las necesidades de sus familias”.