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La Casa Blanca respalda a los servicios de inteligencia, aunque se desmarca de sus conclusiones


New White House Press Secretary Kayleigh McEnany addresses her first press briefing in the Brady Press Briefing Room at the White House in Washington, U.S., May 1, 2020. REUTERS/Carlos Barria
New White House Press Secretary Kayleigh McEnany addresses her first press briefing in the Brady Press Briefing Room at the White House in Washington, U.S., May 1, 2020. REUTERS/Carlos Barria

Trump dijo tener un "alto grado de confianza" en que el nuevo coronavirus surgió en un laboratorio en Wuhan, a pesar de que la comunidad de inteligencia de EE.UU. ha dicho que aún lo está investigando y de que no hay consenso científico de que el virus haya sido creado por el hombre.

En la primera rueda de prensa de una portavoz de la Casa Blanca en más de año, Kayleigh McEnany, quien fue nombrada en abril, defendió el viernes las afirmaciones del presidente Donald Trump de que el coronavirus se originó en un laboratorio en China, algo que no ha sido confirmado por los servicios de inteligencia.

Trump dijo el jueves que tiene un "alto grado de confianza" en que el nuevo coronavirus surgió en un laboratorio en Wuhan, a pesar de que las agencias de inteligencia de EE.UU. han informado de que aún no han llegado a ninguna conclusión al respecto.

“Las declaraciones del presidente son consistentes con otras evaluaciones de inteligencia”, defendió la portavoz el viernes, quien rechazó matizar las insinuaciones del mandatario de que el virus podría haber sido manipulado genéticamente, algo que por el momento han descartado tanto las agencias de inteligencia estadounidenses como el Pentágono.

La oficina del Director Nacional de Inteligencia emitió el jueves un comunicado diciendo que “la comunidad de inteligencia está de acuerdo con el amplio consenso científico de que el COVID-19 no fue creado por el hombre ni genéticamente modificado”.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), a la cual Trump congeló los fondos en marzo, alegando que el organismo es “Chinocéntrico”, también considera que no hay evidencia de que el coronavirus haya sido manipulado o producido en un laboratorio.

McEnany también anunció un programa de ayuda de 12.000 millones de dólares por por parte del Gobierno federal para 395 hospitales en las zonas del país más afectadas por el coronavirus.

Los hospitales, en su mayoría en los estados de Nueva York, Nueva Jersey e Illinois, tratan al 70% de los estadounidenses que requieren hospitalización por complicaciones relacionadas con el COVID-19, explicó la portavoz.

La nueva secretaria de prensa del presidente Trump aseguró que planea seguir respondiendo a las preguntas de periodistas en un futuro, una práctica que había sido enterrada después de la salida de Sarah Sanders.

La última rueda de prensa por parte de un portavoz fue el 11 de marzo del 2019. Sanders dejó el puesto en junio de ese mismo año y su sucesora, Stephanie Grisham, no utilizó la sala de prensa de la Casa Blanca ni una sola vez durante el tiempo en que estuvo en el cargo.

“Nunca les mentiré, tienen mi palabra”, dijo McEnany a los periodistas. La portavoz, quien asumió el puesto el 7 de abril, trabajó en la campaña presidencial de Trump en el 2016 después de ganar fama como comentarista política en cadenas de televisión como CNN.

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