A partir del 1º de julio los intereses para los préstamos estudiantiles se duplicaron de 3,4% a 6,8%, lo que representa un aumento de por lo menos $1.000 dólares anuales en el pago de la deuda para millones de estudiantes que solicitaron asistencia financiera para cursar sus estudios y alcanzar un título profesional.
El Congreso no aceptó una propuesta del gobierno del presidente Barack Obama y en cambio la Cámara de Representantes, liderada por los republicanos, presentó una propuesta que condiciona la tasa de interés de este tipo de préstamos al nivel que establezca el mercado libre.
La semana pasada el Senado llegó a un acuerdo tentativo que al parecer cuenta con el apoyo bipartidista, que si bien no congela ni reduce la tasa de interés de manera definitiva, ofrece ciertas alternativas a los estudiantes.
En una entrevista con la Voz de América la directora ejecutiva de la Asociación Hispana de Universidades, (HACU, por sus siglas en inglés), Laura Maristany, explicó que “no es la opción preferida porque no mantiene el interés a 3,4% a través de los años, pero establece un tope máximo, lo que representa una protección para el estudiante”.
La propuesta del senado que cuenta con el apoyo bipartidista propone un monto máximo de 8,25% para estudios de bachillerato y de 9,5% para los créditos de los estudiantes graduados.
Según la Casa Blanca esta propuesta reduciría el interés actual de 6,8% a un promedio de 3,86% y los graduados obtendrían una reducción en su tasa de interés de 6,8% a 5,41%.
“La gran ventaja de esta propuesta es que se debe ofrecer a los estudiantes todos los años la misma tasa de interés que se les asignó en un principio, con un tope máximo. Además si se convierte en ley sería retroactiva, lo que significa que también se aplicaría para todos los préstamos otorgados a partir del pasado 1º de julio”, explica Maristany.
Por otro lado también resaltó que son los hispanos los más perjudicados con el aumento en la tasa de interés de los préstamos estudiantiles, porque las familias dependen de este tipo de ayuda financiera para darle la oportunidad a sus hijos de seguir sus estudios superiores.
“En nuestra comunidad una gran mayoría son estudiantes no tradicionales, que tienen que trabajar para pagar sus estudios. Si bien ha crecido el interés dentro de nuestra comunidad para ir a la universidad el número de graduados cada vez es menor porque muchos tienen que abandonar sus estudios por el alto costo de las matrícula”, señaló Laura Maristany.
El Congreso no aceptó una propuesta del gobierno del presidente Barack Obama y en cambio la Cámara de Representantes, liderada por los republicanos, presentó una propuesta que condiciona la tasa de interés de este tipo de préstamos al nivel que establezca el mercado libre.
La semana pasada el Senado llegó a un acuerdo tentativo que al parecer cuenta con el apoyo bipartidista, que si bien no congela ni reduce la tasa de interés de manera definitiva, ofrece ciertas alternativas a los estudiantes.
En una entrevista con la Voz de América la directora ejecutiva de la Asociación Hispana de Universidades, (HACU, por sus siglas en inglés), Laura Maristany, explicó que “no es la opción preferida porque no mantiene el interés a 3,4% a través de los años, pero establece un tope máximo, lo que representa una protección para el estudiante”.
La propuesta del senado que cuenta con el apoyo bipartidista propone un monto máximo de 8,25% para estudios de bachillerato y de 9,5% para los créditos de los estudiantes graduados.
Según la Casa Blanca esta propuesta reduciría el interés actual de 6,8% a un promedio de 3,86% y los graduados obtendrían una reducción en su tasa de interés de 6,8% a 5,41%.
“La gran ventaja de esta propuesta es que se debe ofrecer a los estudiantes todos los años la misma tasa de interés que se les asignó en un principio, con un tope máximo. Además si se convierte en ley sería retroactiva, lo que significa que también se aplicaría para todos los préstamos otorgados a partir del pasado 1º de julio”, explica Maristany.
Por otro lado también resaltó que son los hispanos los más perjudicados con el aumento en la tasa de interés de los préstamos estudiantiles, porque las familias dependen de este tipo de ayuda financiera para darle la oportunidad a sus hijos de seguir sus estudios superiores.
“En nuestra comunidad una gran mayoría son estudiantes no tradicionales, que tienen que trabajar para pagar sus estudios. Si bien ha crecido el interés dentro de nuestra comunidad para ir a la universidad el número de graduados cada vez es menor porque muchos tienen que abandonar sus estudios por el alto costo de las matrícula”, señaló Laura Maristany.