El término “Estados o ciudades santuario” surgió hace varios años luego que los indocumentados en Estados Unidos vieron que podían confiar en las autoridades para denunciar crímenes en su contra, sin importar su status inmigratorio.
A partir de esa motivación fueron muchos los Estados y ciudades que adoptaron esa denominación para garantizar la seguridad de sus comunidades, y Gustavo Tórres, director ejecutivo de Casa de Maryland dice en entrevista con la Voz de América que hay preocupación por su futuro.
“El anuncio del Fiscal General de la Nación, Jeff Sessions, nos ha puesto frente a un nuevo escenario y nosotros lo calificamos como un chantaje contra estos sitios seguros para los inmigrantes”, dice Tórres.
“Es por ello que profesores de universidades como Harvard, Yale y otros tan respetadas como estas están usando el mismo calificativo, chantaje, porque no se puede amenazar con el recorte de fondos federales a toda una comunidad, porque eso es anticonstitucional”, aclara Tórres.
Tórres, quien dirige una organización de apoyo a los inmigrantes en el área de Washington DC, Virginia y Maryland, advierte que este es otro elemento que causa profundo temor en las familias de indocumentados.
“En Maryland, por ejemplo, estamos impulsando una legislación que se llama – el acto de confianza -, algo que el fiscal Sessions ni siquiera ha visto ni ha considerado y la está rechazando sin conocerla, y por eso que le hemos invitado que lea esta legislación y que vea que estamos proponiendo para proteger a nuestro Estado y proteger a los inmigrantes”, dice el director ejecutivo de Casa Maryland.
A tiempo de brindar algunos detalles sobre esta propuesta, Tórres destaca que está basada en la confianza mutua y en el deseo de las personas buenas que no tienen documentos de continuar aportando a la economía del país mientras buscan una vida mejor.
“Otro de los elementos que destacamos en esta legislación es que Maryland no registraría una lista de personas musulmanas, y esto es porque se pide que se haga esto cuando deja de ser una sitio seguro o ciudad santuario. Esto nos parece totalmente discriminatorio y anticonstitucional”, destaca Tórres.
Consultamos a nuestro entrevistado sobre la forma de llamar a estas personas, inmigrantes o indocumentados, y este activista pro inmigración advierte que no es necesaria la diferencia porque se debe enfocar el concepto entre buenos y malos ciudadanos, aquellos que eligen aportar al país o aquellos que deciden tomar el camino equivocado y delinquir.
Tórres también se refirió a la esperanza que mantienen los dreamers, pese a las difíciles situaciones que se ven hoy en día en materia inmigratoria.
“El presidente Obama les dio a estos jóvenes que vinieron de niños a este país el beneficio del DACA y estamos muy próximos a su renovación y esperamos que esta Administración tome la decisión correcta para ellos”, concluye Tórres.