El lunes 20 de julio, el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, izará la bandera de su país en un mástil que estará frente de la embajada cubana en Washington.
Más de 50 años después de un enfriamiento casi total de las relaciones entre ambas naciones, Cuba da el primer paso para confirmar el éxito de un proceso que se inició el 17 de diciembre de 2014.
Para Sebastián Arcos Cazabón, experto en relaciones internacionales, este es un paso necesario entre dos naciones.
En entrevista con la Voz de América, el también analista de temas cubanos, resaltó los alcances de este evento.
“Es un gesto simbólico que significa un movimiento en las relaciones de dos naciones, que siendo vecinas deben hablar entre sí”, dijo Arcos Cazabón.
“Este hecho cierra el segundo ciclo de negociaciones entre Estados Unidos y Cuba, el primero tomó casi dos años y fue secreto hasta diciembre de 2014, y tiene la base de Oficinas de Intereses de ambos países que tuvieron vigencia desde 1976”, afirma el experto.
Escuche la entrevista con Sebastián Arcos Cazabón
Arcos Cazabón considera que son dos los aspectos que hacen que Cuba celebre de manera especial este hecho.
“El primero es que el gobierno cubano considera que ha ganado en el enfrentamiento histórico que mantuvo con Estados Unidos y advierte que el cambio de política del gobierno Obama hacia Cuba representa ese reconocimiento”, afirma.
“El segundo es el enorme interés económico que tiene Cuba en este restablecimiento de relaciones. Su política económica ha fracaso, recibió apoyo de la desaparecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas por 25 años y luego recibió la ayuda, mucho menor pero no menos importante, del presidente venezolano Hugo Chávez. Hoy su situación es muy difícil así que su interés en Estados Unidos es evidente”, añade el experto.
Sobre el impacto que esta normalización de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba tiene sobre Rusia, Arcos Cazabón afirma que no es importante considerando que el escenario político ha cambiado muchísimo y que ahora los rusos tienen más intereses en su región que en América Latina.
