Después de que los precios del petróleo cayeran a mínimos históricos el lunes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró que "este es un buen momento para comprar petróleo".
El presidente descartó en gran medida las ramificaciones de los empleos energéticos domésticos y las consecuencias geopolíticas de la caída del precio del petróleo en medio de la pandemia de coronavirus, y dijo a los periodistas que "el problema es que nadie está conduciendo un automóvil en cualquier parte del mundo, esencialmente".
El presidente, que busca agregar hasta 75 millones de barriles de petróleo a la Reserva Estratégica de Petróleo, dijo que "si podemos comprarlo por nada, tomaremos todo lo que podamos".
“(...) Esperamos que el Congreso lo apruebe”, agregó el mandatario.
En su intervención diaria en la Casa Blanca para informar sobre la pandemia del nuevo coronavirus,Trump también dijo que está buscando detener los envíos de petróleo de Arabia Saudita.
El presidente lo calificó como "en gran medida una contracción financiera", cuando se le preguntó sobre el contrato de futuros de mayo para el cierre del comercio de petróleo crudo West Texas Intermediate por el día a menos 37.63 dólares por barril, la primera vez que el precio del producto cambió a números negativos.
Aquellos que tengan los contratos de mayo el martes, en medio de la demanda evaporada, tendrían que organizar la entrega de sus barriles de petróleo.
"Va a estar repuntando, y el negocio de la energía va a ser fuerte", predijo Trump, señalando que otros tipos de petróleo crudo todavía se cotizan por encima de los 25 dólares por barril.
"Vamos a resurgir"
Trump, alentó este lunes a los estadounidenses a continuar en su lucha contra la pandemia y aseguró a los ciudadanos que el país resurgirá tras la crisis.
"Vamos a resurgir", pronosticó el mandatario durante su rueda de prensa diaria junto al Equipo de Trabajo para el coronavirus.
El presidente, a quien numerosas voces han criticado por reaccionar tarde ante la llegada del virus a suelo estadounidense, aseguró que las restricciones de viaje impuestas por su Gobierno "salvaron millones de vidas" a pesar del lastre que han supuesto a la economía.
"Alguien vino a mi oficina y me dijo «señor, vamos a tener que cerrar la economía, el país»... pero sabéis lo que os digo: vamos a reconstruirla, va a ser mejor y va a ocurrir antes de lo que la gente se piensa", afirmó
No obstante, Trump advirtió de la importancia de "mantener una vigilancia estricta y seguir con las cuidadosas prácticas de higiene" ahora que el país encara el fin de la cuarentena en diversas regiones del país.
“En un momento en que millones de estadounidenses se están enfrentando a las consecuencias financieras del virus, es vital continuar con la reapertura económica global de una manera segura y responsable”, subrayó el presidente.
Trump también se refirió a la posible aprobación de un tercer paquete de ayudas económicas para hacer frente a la crisis generada por el nuevo coronavirus, la cual se encuentra actualmente paralizada en el Congreso debido a la falta de acuerdo entre republicanos y demócratas.
"Esperamos tener otro acuerdo pronto. El Senado puede votar mañana para el plan de ayuda económica de pequeñas empresas", aseguró Trump, quien compareció ante los medios acompañado de varios miembros del equipo designado por la Casa Blanca para gestionar la pandemia.
El general Todd Semonite, del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, aprovechó la comparecencia para destacar la transformación del Centro de Convenciones de Miami Beach en un centro de atención médica con 450 camas, instaladas en un plazo de doce días.
“La construcción de este tipo de hospitales de campaña tiene el gran objetivo de salvar vidas de estadounidenses”, sostuvo.
El debate sobre las pruebas diagnósticas
Por otro lado, ante las recientes denuncias de que EE.UU. no cuenta con capacidad para realizar pruebas diagnósticas, el presidente Trump aseguró que, distribuidos por todo el país, hay "unos 5.000 puntos" en los que realizarse el test de detección de la COVID-19.
"Tenemos trescientos laboratorios para test en Nueva York", informó el presidente, tras un divulgarse este mismo lunes un estudio al respecto realizado por la administración.
El presidente insistió: “seguimos construyendo hospitales de campaña” y, a pesar de las numerosas denuncias de falta de material el personal sanitario, recalcó que “a nadie se le ha negado un respirador" en todo el país.
Trump anunció que este martes tendrá una reunión con el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, quien ha sido uno de sus más críticos oponentes. “Esperamos llegar a un consenso”, dijo Trump, quien apuntó que lo importantes es salvar las vidas humanas.
Trump afirmó que mantiene una relación fluida con los gobernadores y que “algunos llaman y agradecen el trabajo realizado”.
“Tenemos una gran capacidad para hacer pruebas. Hemos hecho más pruebas que cualquier país del mundo”, insistió.
Trump adelantó que en unas semanas “saldrá una nuevo test que revolucionará el modo hacer las pruebas”.
El vicepresidente Mike Pence, que lidera los esfuerzos del Gobierno en la lucha contra el coronavirus, informó que habrá laboratorios "disponibles" en todos los estados "para que se realicen las pruebas”.
Además, Pence dijo que informó a los gobernadores que estas pruebas están listas en todo el territorio “para comenzar con la Fase 1” del plan de reapertura del país presentado por la Casa Blanca la semana pasada y enfatizó la importancia de mantener el distanciamiento social.
"Les hemos pedido a todos los gobernadores que sigan las orientaciones dadas; cada uno de ellos tiene las indicaciones específicas”, dijo la doctora Deborah Birx, coordinadora del grupo de trabajo contra la pandemia, quien habló sobre las medidas a tomar para frenar el contagio.
A una pregunta sobre los pasos a seguir, Birx afirmó que el país está "listo para pasar a la Fase 1" y apuntó que, cuando se pase a la siguiente fase, todos los equipos estarán habilitados para continuar ofreciendo los servicios sanitarios necesarios.
Según detallaron en la rueda de prensa, en un principio estos test serán para la "población más vulnerable", como empleados sanitarios, ancianos, personas con dolencias previas y comunidades poco favorecidas, donde las opciones de teletrabajo y distanciamiento social son más difíciles de aplicar.