El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, dijo sentirse arrepentido de su insulto vulgar contra el presidente Barack Obama, que provocó la cancelación de una reunión prevista en Laos entre los dos líderes.
En un comunicado, la presidencia filipina dijo que lamentaba los “fuertes comentarios” que fueron vistos como “un ataque personal contra el presidente de Estados Unidos”, cuando según Duterte, fueron dirigidos contra el periodista que hizo la pregunta.
Horas antes del previsto encuentro, Duterte advirtió en términos vulgares a Obama que no le pregunte sobre los asesinatos extrajudiciales que están ocurriendo en Las Filipinas como parte de su política de erradicación de drogas.
"Hay que ser respetuoso" señaló el gobernante filipino sobre Obama. "No lance preguntas al azar", y usando la frase en tagalo para "hijo de p..." señaló: "Putang ina te mentaré la madre en ese foro".
Más de 2.000 presuntos traficantes y consumidores de drogas han sido asesinados desde junio 30 cuando Duterte asumió la presidencia de Las FIlipinas.
"Obviamente es un tipo colorido", respondió el presidente Obama al referirse al comentario de su homólogo. Y añadió que había solicitado a sus asesores hablar con sus contrapartes filipinos para ver si había forma de tener conversaciones constructivas y productivas.
Pero, al amanecer del martes en Laos, el vocero del Consejo de Seguridad Nacional, Ned Price, dijo que la reunión había sido cancelada. La presidencia filipina no comentó públicamente sobre la cancelación hasta nueve horas más tarde, y dijo que ambas partes habían "acordado mutuamente posponer" la reunión.
Desde que Duterte asumió el mando en Filipinas, manejar la relación bilateral ha sido un dolor de cabeza para el presidente Obama, debido a que la nación asiática es un aliado de largo tiempo de Washington.
La Casa Blanca ha tratado de compartamentalizar la situación alegando que la cooperación militar y de otro tipo no será afectada aunque no le guste el tono del actual mandatario filipino.
Duterte ha ofendido antes a otras figuras mundiales como el papa Francisco y al secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon.