Un 17 de septiembre hace 150 años, en el día más sangriento de la historia de Estados Unidos, 23.000 soldados yanquis y confederados perecieron, fueron heridos o desaparecieron en 12 horas de batalla en la quebrada de Antietam, en Maryland durante la guerra civil.
El general Confederado Robert E. Lee había ganado victoria tras victoria, pero en su propio suelo en Virginia. Necesitaba un triunfo en territorio yanqui que pudiera persuadir a Francia y a Inglaterra de que la Confederación era viable, que podía existir como un territorio aparte de Estados Unidos, y que solo necesitaba que le proveyeran de armas para ganar la guerra.
Lee perdió una cuarta parte de su ejército ante las fuerzas de George McClellan, el general victorioso, y fue obligado a replegarse de regreso hacia Virginia.
La batalla pasa casi desapercibida en la historia estadounidense, superada por otras batallas que siguieron en sus alrededores, como en Harper´s Ferry y la decisiva Gettysburg, más al norte.
Pero la ensangrentada Antietam ha perdurado en la historia por el otro significado que tuvo: sirvió para que el presidente Ambraham Lincoln se convenciera en que había que transformar la guerra civil en una cruzada en contra de la esclavitud que aceleraría el día en que la mitad de la nación dejaría de permitir la esclavitud y de ser la mitad libre.
La batalla fue recreada este domingo con actores, en los mismos campos en que se desarrolló, cerca de Frederick, Maryland, a unos 112 kilómetros al norte de Washington.
El general Confederado Robert E. Lee había ganado victoria tras victoria, pero en su propio suelo en Virginia. Necesitaba un triunfo en territorio yanqui que pudiera persuadir a Francia y a Inglaterra de que la Confederación era viable, que podía existir como un territorio aparte de Estados Unidos, y que solo necesitaba que le proveyeran de armas para ganar la guerra.
Lee perdió una cuarta parte de su ejército ante las fuerzas de George McClellan, el general victorioso, y fue obligado a replegarse de regreso hacia Virginia.
La batalla pasa casi desapercibida en la historia estadounidense, superada por otras batallas que siguieron en sus alrededores, como en Harper´s Ferry y la decisiva Gettysburg, más al norte.
Pero la ensangrentada Antietam ha perdurado en la historia por el otro significado que tuvo: sirvió para que el presidente Ambraham Lincoln se convenciera en que había que transformar la guerra civil en una cruzada en contra de la esclavitud que aceleraría el día en que la mitad de la nación dejaría de permitir la esclavitud y de ser la mitad libre.
La batalla fue recreada este domingo con actores, en los mismos campos en que se desarrolló, cerca de Frederick, Maryland, a unos 112 kilómetros al norte de Washington.