Las investigaciones sobre los acontecimientos que condujeron a la muerte del embajador Chris Stevens y otros tres funcionarios en Bengasi la semana pasada han dado origen a versiones encontradas sobre si los hechos fueron o no planeados y si se trata de un acto de terrorismo.
La cadena CNN reportó, citando a “fuentes que estaban familiarizadas con la forma de pensar” del embajador Stevens, que en los meses anteriores a su muerte él expresó su preocupación por la seguridad de la misión y sobre la creciente amenaza de al-Qaeda y otros grupos extremistas en Libia, al punto que llegó a mencionar que creía estar en “la lista de blancos” de los terroristas.
Pero funcionarios estadounidenses aún creen que el ataque no fue planeado para coincidir con el 11º. Aniversario de los atentados del 11 de septiembre, sino que fue más bien un “ataque oportunístico” que surgió de los momentos caóticos de protesta por el video antimusulmán.
La idea fue rechazada a medias por el director del Centro Nacional de Contraterrorismo, Matthew Olsen, quien testificando ante el Comité de Seguridad Nacional del Senado dijo el miércoles que no era probable que Stevens y su equipo de seguridad fueran víctimas de manifestantes casuales.
“Yo diría que, sí, que murieron en el transcurso de un ataque terrorista”.
Olsen agregó que Estados Unidos está “buscando indicios” de que los ataques estén conectados al Al-Qaeda o su afiliada en el Norte de Africa, Al Qaeda en el Magreb Islámico.
“Lo que no tenemos hasta ahora es información específica de que haya habido una planeación anticipada o coordinación para este ataque”, aunque Olson advirtió que la investigación aún continúa.
La cadena CNN reportó, citando a “fuentes que estaban familiarizadas con la forma de pensar” del embajador Stevens, que en los meses anteriores a su muerte él expresó su preocupación por la seguridad de la misión y sobre la creciente amenaza de al-Qaeda y otros grupos extremistas en Libia, al punto que llegó a mencionar que creía estar en “la lista de blancos” de los terroristas.
Pero funcionarios estadounidenses aún creen que el ataque no fue planeado para coincidir con el 11º. Aniversario de los atentados del 11 de septiembre, sino que fue más bien un “ataque oportunístico” que surgió de los momentos caóticos de protesta por el video antimusulmán.
La idea fue rechazada a medias por el director del Centro Nacional de Contraterrorismo, Matthew Olsen, quien testificando ante el Comité de Seguridad Nacional del Senado dijo el miércoles que no era probable que Stevens y su equipo de seguridad fueran víctimas de manifestantes casuales.
“Yo diría que, sí, que murieron en el transcurso de un ataque terrorista”.
Olsen agregó que Estados Unidos está “buscando indicios” de que los ataques estén conectados al Al-Qaeda o su afiliada en el Norte de Africa, Al Qaeda en el Magreb Islámico.
“Lo que no tenemos hasta ahora es información específica de que haya habido una planeación anticipada o coordinación para este ataque”, aunque Olson advirtió que la investigación aún continúa.