La decisión anunciada el martes por el gobierno del presidente Joe Biden de limitar el uso de las minas antipersonales pone a Estados Unidos del lado de la comunidad internacional, reunida en torno a la Convención de Ottawa.
“El presidente cree firmemente que debemos reducir su uso en todo el mundo”, dijo en rueda de prensa de la Casa Blanca, Jonh Kirby, coordinador del Consejo de Seguridad Nacional para Comunicaciones Estratégicas.
La Casa Blanca y el Consejo de Seguridad Nacional desplegaron sendos anuncios con lo que le dan una vuelta de tuerca a esta política estadounidense, teniendo en cuenta que el presidente republicano Donald Trump aprobó el uso de minas antipersonales “de manera excepcional” con el fin de –según dijo entonces- dar una mayor ventaja a las tropas de EEUU.
El nuevo compromiso alinea a Washington con los más importantes requisitos de la Convención de Ottawa, pero no limitará su uso en la península de Corea, donde una de las fronteras más infranqueables del planeta separa a las dos Coreas..
Según anunció la Casa Blanca, EEUU es el mayor patrocinador mundial en proyectos para reducir los impactos de las minas antipersonales y ha donado 4.200 millones de dólares a tal tarea desde 1993.
“Continuaremos con este importante trabajo mientras damos otro paso para recuperar el liderazgo estadounidense en el escenario mundial”, anunció el Consejo en un comunicado.
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