La expansión de Uber hacia Buffalo, Rochester, Albany y otras ciudades del norte de Nueva York ha reavivado el debate sobre si se debe tomar las huellas dactilares a los conductores del servicio.
Esto ya rige para los conductores en la ciudad de Nueva York, y aunque las normas locales varían, también rige para los servicios de taxi en diversas ciudades del estado. Los partidarios dicen que es un método barato y eficaz para impedir que criminales peligrosos trabajen como choferes.
Por su parte, Uber rechaza que las huellas dactilares se conviertan en un requisito en todo el estado con el argumento de que esto suele perjudicar a gente que fue arrestada y luego exonerada.
La ley estatal prohíbe a Uber operar fuera de la ciudad de Nueva York. Buffalo era la ciudad más grande del país que carecía del servicio hasta que la empresa se retiró de Austin, Texas, cuando éste municipio impuso la obligación de dejar las huellas dactilares. Las autoridades de Chicago desistieron de imponer el requisito cuando Uber amenazó con abandonar la ciudad.
La legislatura neoyorquina prevé abordar la expansión de Uber en su período de sesiones de 2017, que comienza la próxima semana. La empresa reacciona contra versiones de que todo reglamento nuevo incluiría las huellas dactilares.
"La legislatura y el gobernador han sido líderes progresistas en materia de reforma de la justicia penal", dijo la vocera de Uber, Alix Anfang. "Dadas sus trayectorias, sería sorprendente que Nueva York diera cabida a una cortina de humo generada por los intereses creados de los taxis".
Una posibilidad sería aprobar normas estatales que permitan a las municipalidades decidir si imponen o no el requisito de las huellas dactilares. De los 38 estados que han regulado a Uber, ninguno lo ha impuesto, según la empresa.
El gobernador demócrata Andrew Cuomo está a favor de la expansión de Uber, pero no se ha pronunciado sobre las huellas.
