Estados Unidos prepara el ensayo de un interceptor de misil intercontinental, la próxima semana, en respuesta a la creciente amenaza de Corea del Norte.
El objetivo de la prueba es simular lo más cerca posible un Misil Intercontinental Balístico ICBM de Corea del Norte lanzado hacia EE.UU., dijeron funcionarios del Pentágono el viernes.
El interceptor estadounidense ha sido probado 17 veces desde 1999, y ha tenido éxito en nueve oportunidades, el más reciente en junio de 2014, seguido de tres fracasos.
El sistema ha evolucionado desde que se inició en 1983 cuando el presidente Ronald Reagan asignó un multimillonario presupuesto para el desarrollo de una solución tipo "Guerra de las Galaxias" para las amenazas de misiles durante la Guerra Fría, cuando la Unión Soviética era la principal amenaza que enfrentaba EE.UU.
Corea del Norte ha reemplazado ahora a la desaparecida Unión Soviética, porque su líder ha prometido fabricar un misil nuclear armado capaz de llegar a territorio estadounidense. Aunque aún no ha ensayado un misil intercontinental balístico (ICBM), funcionarios en el Pentágono creen que está acelerando el desarrollo de ese tipo de proyectil.
El Teniente General de la Infantería de Marina, Vincent Stewart, director de la Agencia de Inteligencia de Defensa, (AID), dijo esta semana que si "no se controla" a Kim, el líder norcoreano logrará hacerlo.
El Pentágono tiene varios sistemas de defensa de misiles, pero el diseñado para responder a la potencial amenaza de un ICBM norcoreano es quizás el mayor reto tecnológico, pero los críticos también dicen que es el menos confiable.
La idea básica del sistema defensivo es disparar un cohete al espacio cuando haya una advertencia de un lanzamiento hostil de misiles. El cohete lanza entonces un dispositivo de 1 metro y medio de largo, llamado "vehículo destructor" (kill vehicle), el cual usa sistemas de guía internos para dirigir el aparato hacia la cabeza nuclear del misil enemigo, destruyéndolo con la fuerza del impacto.
Oficialmente conocido como Defensa de Curso Intermedio con Base en Tierra (Ground-based Midcourse Defense), el Pentágono explica que es como detener una bala con otra.
La Agencia de Defensa de Misiles (MDA) es la encargada del desarrollo y prueba del sistema, y ha programado un ensayo del interceptor para el martes 30 de mayo.
El interceptor será lanzado desde un silo subterráneo en la Fuerza Aérea Vandenberg, en California, y volará hacia su objetivo, que será disparado desde un sitio de pruebas en el Atolón Kwajalein, en el Pacífico. Si tiene éxito, el "vehículo destructor" se estrellará contra la cabeza nuclear del ICBM señuelo, sobre el Océano Pacífico.
El ICBM que se utilizará como objetivo ha sido hecho expresamente para la prueba, y volará más rápido que misiles en pruebas anteriores de interceptor, dijo Christopher Johnson, vocero de la MDA, aunque explicó que no es una simulación de un misil intercontinental norcoreano.
"Realizamos escenarios de prueba cada vez más complejos a medida que el programa avanza y madura", señaló Johnson el viernes. "Las pruebas contra una amenaza de ICBM son el siguiente paso en ese proceso", agregó.
El sistema de interceptores de misiles funciona desde 2004, pero nunca ha sido usado en combate o probado totalmente. En la actualidad existen 32 interceptores en silos en Fort Greely, Alaska y cuatro en Vandenberg, en el norte de Los Angeles. El Pentágono dice que tendrá ocho más, para finales de año.
En el presupuesto para 2018 presentado al Congreso esta semana, el Pentágono propuso un gasto de $7.900 millones de dólares para misiles de defensa. Otros elementos que forman parte de ese esfuerzo incluyen el misil Patriot diseñado para derribar misiles balístico de corto alcance, y el THAAD, o Defensa Terminal de Área de Alta Altitud, que Estados Unidos ha instalado en Corea del Sur, como defensa contra misiles norcoreanos de mediano alcance.
El gobierno de Donald Trump aún no ha anunciado sus intenciones sobre misiles de defensa. Trump ha ordenado una revisión del programa de misiles balísticos de defensa.
Algunos críticos de que la estrategia actual de derribar los misiles intercontinentales de largo alcance con interceptores basados en silos dicen que es demasiado costosa e inadecuada; señalando que sería mejor destruir o desactivar esos misiles antes de que sean lanzados, posiblemente mediante un ataque cibernético.