WASHINGTON- AP. Los ejecutivos de grandes corporaciones de Estados Unidos han estado dispuestos a trabajar con el presidente Donald Trump en asuntos de impuestos, comercio y reducción de regulaciones, pero cada vez más cada vez más se encuentran enfrentándose a divisiones culturales y sociales en medio de su estilo de liderazgo.
El martes, Trump twitteó: "Por cada CEO que abandona el Consejo de Manufactura, tengo muchos para tomar su lugar. Los fanfarrones no deberían continuar. ¡TRABAJOS!"
El presidente ejecutivo de Merck, Kenneth Frazier, uno de los cuatro únicos afroestadounidenses en liderar una compañía Fortune 500, fue el primero en presentar su renuncia el lunes.
Él fue atacado casi inmediatamente por Trump en Twitter.
Luego vinieron las dimisiones del CEO de Under Armour, Kevin Plank, y luego del CEO de Intel, Brian Krzanich.
Austan Goolsbee, ex economista jefe del presidente Barack Obama, dijo que las salidas sugieren que la respuesta del presidente a la violencia en Charlottesville podría alienar a los que trabajan para las compañías y a los que compran los productos y servicios que estas venden.
"Es sin duda una señal de que las cosas más controvertidas de Trump no están cayendo bien a las compañías que venden a la región media del país", dijo Goolsbee, ahora profesor de la Universidad de Chicago.
Ya había habido salidas de dos consejos importantes creados por la administración Trump que estaban vinculados a sus políticas.
El CEO de Tesla, Elon Musk, renunció al consejo de fabricación en junio, y otros dos grupos asesores del presidente, después de la retirada de Estados Unidos del acuerdo climático de París. El presidente y CEO de Walt Disney Co., Bob Iger, renunció por el mismo motivo del Foro Estratégico y de Política del Presidente.
El consejo de empleos de la industria manufacturera tenía 28 miembros inicialmente, pero se ha reducido desde que se formó a principios de este año a medida que los ejecutivos se retiran, son reemplazados, o, como en el caso de Frazier, Musk, Plank, Paul y Krzanich renuncian.
Dan Eaton, un instructor de ética empresarial en la universidad estatal de San Diego Fowler College of Business y socio en la firma de abogados Seltzer Caplan McMahon Vitek basada en San Diego, dijo que aunque los ejecutivos pueden sentir que es su deber cívico servir al presidente, su responsabilidad en última instancia, es con sus accionistas, empleados y clientes.
"Eso es algo que siempre está en juego, y como resultado algunas compañías optan por abstenerse de participar en papeles políticos", dijo.
Eaton dijo que el potencial de una crítica pública por parte de un presidente en funciones no es una preocupación sólo para aquellos que ahora están en los paneles asesores, sino para todos aquellos a quienes se les puede pedir que sirvan en el futuro.
Ya, hay un movimiento en las redes sociales haciendo lobby a otros ejecutivos para que se distancien de Trump, y renuncien.
Hasta ahora, la mayoría de los ejecutivos y líderes empresariales que están sentados en los dos grandes paneles federales están condenando el racismo, pero dicen que quieren mantener un asiento en la mesa.
"Nuestro compromiso con la diversidad y la inclusión es inquebrantable y seguiremos siendo campeones activos de estos esfuerzos", dijo un portavoz de la presidenta de Campbell Soup Denise Morrison.
"Creemos que sigue siendo importante que Campbell tenga voz y proporcione información sobre asuntos que afectarán a nuestra industria, nuestra compañía y nuestros empleados en apoyo del crecimiento. Por lo tanto, la Sra. Morrison permanecerá en la Iniciativa de Empleo de Fabricantes del Presidente ".
El CEO de Boeing, Dennis Builenburg, también permanecerá.
Lawrence Summers, que en otro tiempo era economista jefe del Banco Mundial y alto funcionario del Tesoro, se preguntó cuándo más líderes empresariales se distanciarían de Trump.
