Este lunes, el presidente Donald Trump hizo una reducción del 85 % del Monumento Nacional Utah Bear Ears y del 46 % del Grand Staircase Escalante, respondiendo a lo que ha condenado como un "apropiación masiva de tierras federales" y un movimiento importante para los "derechos de los estados".
"He venido a Utah a tomar una acción histórica y así revertir el exceso federal y restaurar los derechos de esta tierra a sus ciudadanos (...) Por lo tanto, hoy, por recomendación del Secretario Zinke y con el sabio consejo del Senador Hatch, el Senador Lee y muchos otros, firmaré dos proclamas presidenciales, para la reducción de estos monumentos nacionales".
Tras la decisión de Trump, la tierra liberada, se arrendaría para la exploración de energía o se destinaría para fines específicos como el uso de vehículos motorizados.
Sin embargo Trump dijo que con la acción que tomó hoy, "no sólo devolveremos la voz [de las comunidades] sobre el uso de la tierra, sino que también restauraremos su acceso y su disfrute. Las tierras públicas volverán a ser de uso público".
Antes de partir a Salt Lake City, Trump manifestó su intención de reducir los parques nacionales que abarcan millones de acres en Utah. Los dos parques están entre los 27 que Trump ordenó al secretario del Interior Ryan Zinke que revisara a principios de este año.
Los líderes republicanos de Utah, incluido el senador Orrin Hatch, presionaron a Trump para que haga la revisión, diciendo que los monumentos -declarados por los presidentes Barack Obama y Bill Clinton- acapararon demasiado terreno federal.
Los planes de Trump para restringir las estrictas protecciones en los sitios han enojado a las tribus y grupos ecologistas que han jurado demandar para preservar los monumentos.
En diciembre, poco antes de dejar el cargo, Obama irritó a los republicanos de Utah al crear el Parque Nacional Bears Ears en un área de 1,35 millones de acres de tierras sagradas para los nativos americanos y hogar de decenas de miles de sitios arqueológicos, incluidas antiguas viviendas indígenas en los acantilados.
Trump firmó una orden ejecutiva en abril en la que instruyó a Zinke llevar a cabo una revisión de las protecciones. Trump puede suspender las protecciones bajo la Ley de Antigüedades de 1906, que otorga al Presidente amplia autoridad para declarar las tierras federales como monumentos y restringir su uso.
El Presidente dijo en abril que su orden terminaría con "otro atroz abuso del poder federal '' y "devolvería ese poder a los estados y a las personas a las que pertenece''.
Trump dijo en ese momento que había hablado con los líderes estatales y locales "que están gravemente preocupados por esta masiva apropiación de tierras federales. Y ha empeorado y empeorado, y ahora vamos a liberarlo, que es lo que debería haber sucedido en primer lugar. Esto nunca debió de haber pasado.''
La medida marca la primera vez en medio siglo que un Presidente ha intentado deshacer este tipo de protección de la tierra. Y podría ser el primero de muchos cambios por venir.
Zinke también recomendó que los monumentos Gold Butte de Nevada y Cascade-Siskiyou de Oregón se reduzcan en tamaño, aunque los detalles siguen sin estar claros. El plan del ex congresista de Montana permitiría la tala en un parque nacional recientemente designado en Maine y más pastoreo, caza y pesca en dos sitios en Nuevo México.
Los demócratas y los ecologistas se han opuesto a los cambios, acusando a Trump y Zinke de participar en un proceso secreto destinado a ayudar a los grupos de la industria que han donado a campañas republicanas.
Con información de AP