El martes 3 de noviembre los ciudadanos estadounidenses acudirán a las urnas para elegir al presidente y otros funcionarios nacionales, estatales y locales. Alguna vez se ha preguntado ¿por qué las elecciones en Estados Unidos, a diferencia de las de América Latina y otras regiones en el mundo, se celebran en un día laborable?
Las elecciones federales se celebran siempre el martes, después del primer lunes de noviembre, y para entender la regla, hay que regresar al pasado cuando se aprobó la ley que regula las fechas de las elecciones.
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La sociedad estadounidense del siglo XIX era rural, los votantes se subían a los carruajes y con el relinchar de los caballos iban a las urnas, nos contó Julio Moreno, profesor de historia en la Universidad de San Francisco.
“Las personas que votaban en ese entonces era básicamente agricultores en zonas rurales por lo que tenían que viajar oficialmente a las urnas y las tradiciones religiosas eran muy fuertes”, relata Moreno.
El lunes tampoco les convenía ya que, para poder llegar a tiempo, tendrían que viajar el fin de semana, algo que interfería igualmente con las creencias religiosas tanto de los judíos -el sabbath- como de los católicos -el domingo. Visto así, y basándose en las necesidades de la época, el Congreso concluyó que el martes era el mejor día y quedó establecido por ley en 1845.
“Fue un esfuerzo para estandarizar el proceso de votar los martes que es cuando oficialmente se vota, antes de 1845, todos los estados votaban en diferentes fechas, hoy ya no tiene sentido votar los martes ya que básicamente limita el número de personas que pueden ir a votar”, argumenta Moreno.
Y, si bien es cierto que el voto por correo es una opción, en 16 estados el votante aún debe presentar una justificación para usar dicho recurso, nos dijo el politólogo Eduardo Gamarra que además manifestó su preocupación sobre la participación de los hispanos.
“El COVID, afecta aún más las posibilidades de que el hispano verdaderamente tenga un impacto, porque no van a votar 32 millones de hispanos que son elegibles yo supongo, la predicción es que un poco más de 13 millones de hispanos votarán”, explicó Gamarra.
Votar en un día laboral representa una carga para muchos trabajadores, especialmente en trabajos de servicio, como tiendas y restaurantes, y también para estudiantes, por lo que los analistas coincidieron en que los ingresos y el tipo de trabajo no deberían determinar la oportunidad de ejercer el derecho electoral.