La campaña de reelección del presidente Donald Trump prosiguió el jueves sus desafíos legales al conteo de boletas de la elección presidencial en Estados Unidos del 3 de noviembre, a pesar de haber sufrido reveses en dos estados clave para ganar los comicios.
En Nevada, un estado de inclinación demócrata donde el candidato Joe Biden ha mantenido una ligera ventaja sobre Trump en el conteo, la campaña del presidente y el Partido Republicano estatal anunciaron una demanda contra al menos 10.000 no residentes que, presuntamente, votaron ilegalmente y sus boletas estaban siendo contadas.
“Es inaceptable que en este país se cuenten boletas ilegales, y eso es lo que está sucediendo en el estado de Nevada”, dijo el exjefe de inteligencia interino de Trump, Richard Grenell, en una conferencia de prensa en Las Vegas.
Joe Gloria, el registrador de votantes del Condado de Clark, en Nevada, descartó la denuncia: “Mi respuesta es que no tenemos constancia de ninguna boleta inapropiada que esté siendo procesadas”, dijo a los reporteros en una conferencia de prensa.
La campaña de Trump anunció el miércoles que estaba presentando una demanda para detener temporalmente el conteo de votos en Pennsylvania, un estado vital para las perspectivas de reelección del presidente, hasta que los observadores recibieran más acceso a monitorear el proceso.
La demanda en Nevada, la cuarta de la campaña desde las elecciones del martes, tuvo lugar mientras las cortes en Georgia y Michigan descartaron dos querellas similares de Trump sobre el manejo de las boletas en esos estados.
En Georgia, los republicanos acusaron a una junta local de elecciones de permitir que boletas por correo inválidas se mezclaran con otras que estaban listas para contar, pero un juez descartó la demanda después de que un funcionario local de elecciones declaró que las boletas en cuestión “fueron recibidas en tiempo”.
En Michigan, un juez local desestimó una solicitud de la campaña de Trump de suspender todo el conteo de boletas hasta que recibiera “un acceso significativo” al proceso, como supervisión por video de las urnas. La decisión del juez tuvo lugar un día después de que Biden fuera declarado ganador del estado por organizaciones de prensa.
Sin embargo, la campaña de Trump se anotó una victoria menor en Pennsylvania, donde un juez de apelaciones ordenó que los observadores republicanos vigilaran el conteo de votos en una sala de convenciones desde una distancia de dos metros.
Los asesores de campaña de Trump aplaudieron la decisión y prometieron insistir en Pennsylvania y en otros estados que el presidente necesita para ganar un segundo término en la Casa Blanca.
"Vamos a seguir luchando por esta elección porque eso es lo que se merece el pueblo estadounidense”, dijo el director de la campaña de Trump, Bill Stepien, durante una llamada de prensa.
La campaña de Biden consideró las demandas de Trump como frívolas y sin mérito.
“Trataron de dar a la campaña de Trump la oportunidad de argumentar que debía detenerse el conteo. No se va a detener”, declaró el asesor de la campaña de Biden, Bob Bauer.
Las elecciones presidenciales de Estados Unidos raramente se disputan, pero esta ha sido la elección más litigada de la historia, y Trump dijo que su “mayor riesgo” es perder en las cortes.
A pesar de los esfuerzos de Trump, las autoridades electorales de los seis estados sin decisión (Alaska, Arizona, Georgia, Nevada, Carolina del Norte y Pennsylvania) continuaron el conteo de votos y los expertos legales han dicho que es muy improbable que alguna corte detenga la tabulación.