El presidente Donald Trump y el candidato demócrata Joe Biden regresaron el miércoles a sus respectivas campañas electorales después de un contencioso debate televisado en que ambos intercambiaron insultos, interrupciones y comentarios despectivos.
La sesión fue un espectáculo mediático criticado por muchos y que según los expertos no tuvo un claro ganador. De hecho, los analistas afirman que los debates electorales raramente deciden una elección y ambos candidatos ahora tratarán de mejorar sus perspectivas en el terreno, buscando votantes indecisos en los llamados “estados bisagra”.
Trump, de 74 años, planeaba pasar el día en Minnesota, donde en la tarde tiene previsto un evento de recaudación de fondos en la ciudad de Duluth. Este es uno de los estados que perdió en 2016 y este año es clave para su campaña.
Biden, de 77 años, viajará en tren por varias de ciudades del este de Ohio y el oeste de Pennsylvania, que incluyen condados que Trump ganó hace cuatro años gracias al respaldo de votantes blancos de clase trabajadora.
Los estrategas consideran que Pennsylvania, ganado por los republicanos por un margen muy estrecho en 2016, es el más crucial de los seis “estados claves”, y podría inclinar la balanza en la elección.
Los otros son Arizona, Florida, Michigan, Carolina del Norte y la Florida.
El más reciente sondeo de Reuters/Ipsos en Pennsylvania daba a Biden una ligera ventaja.
El recorrido de este miércoles sugiere que Biden también busca disputar Ohio, un estado que tradicionalmente se ha inclinado a los republicanos y que Trump ganó por 8 puntos en 2016.
Según la agencia Reuters, más de 1,3 millones de votantes en 15 estados han enviado ya sus boletas por anticipado para las elecciones del 3 de noviembre.
