La Administración Trump apoya la renovación, sin reformas, de una importante ley de vigilancia que expirará a fin de año y que contempla la forma como el gobierno de Estados Unidos recolecta comunicaciones electrónicas, dijo un funcionario de la Casa Blanca, el miércoles.
“Nosotros apoyamos la reautorización sin modificaciones y la administración Trump cree que es necesaria para proteger la seguridad de la nación, indicó el funcionario, quien lo hizo con la condición de que no se utilizar su nombre.
El recurso, conocido como Ley de Vigilancia e Inteligencia Extranjera, FISA, por sus siglas en inglés, ha sido criticado por defensores de la privacidad y las libertades civiles, porque permite un espionaje amplio e intervencionista. El mismo llamó mucho la atención en 2013, luego de las informaciones que diera a conocer Edward Snowden, ex contratista de la Agencia de Seguridad Nacional, NSA, por sus siglas en inglés.
Segmentos de dicha ley, incluyendo una provisión conocida como Sección 702, expirará el 31 de diciembre de 2017, a menos que el Congreso las reautorice.
Sección 702
La Sección 702 habilita dos programas de vigilancia en Internet llamado “Prism” y “Upstream”, cuyos detalles confidenciales fueron revelados en las filtraciones de Snowden.
“Prism” recopila datos de mensajería del programa ‘Alphabet’ de Google, de Facebook, de Microsoft, de Apple y de otras importantes compañías electrónicas, que son enviados hacia y desde un objetivo extranjero bajo vigilancia. “Upstream” permite a la NSA copiar el flujo de tráfico en la red a lo largo de la columna vertebral de Internet, localizada dentro de Estados Unidos y se encarga de rastrear los datos de ciertos términos relacionados con un objetivo.
Tanto legisladores demócratas como republicanos han dicho que la Sección 702 necesita reformas, en parte para garantizar que las protecciones de privacidad de los estadounidenses no sean violadas. La Comisión Judicial de la Cámara de Representantes se reunió el miércoles para analizar posibles cambios a la ley.
Aunque FISA tiene como objeto regir los programas de vigilancia para extranjeros, una desconocida cantidad de comunicaciones pertenecientes a los estadounidenses también son recolectadas, debido a una variedad de razones técnicas y prácticas.
Las agencias de inteligencia de Estados Unidos han defendido tales recolecciones y las califican de ‘importancia secundaria’, pero grupos pro privacidad han dicho que permiten la recolección indirecta de datos, sin la vigilancia judicial apropiada.
Reuters