Exiliados cubanos residentes en Miami temen que las nuevas regulaciones de viajes puestas en vigor por La Habana provoquen una avalancha de inmigrantes de la isla que ponga en peligro la denominada Ley de Ajuste cubano.
La legislación, en vigor desde 1966, concede a los cubanos que lleguen a EE.UU. el privilegio político, por huir de un gobierno comunista, de obtener la residencia legal al cabo de un año y un día de su entrada al país.
Pero según algunos exiliados, después de que Cuba levantó esta semana la prohibición de viajar al extranjero a sus ciudadanos, con excepción de algunos profesionales, peloteros y otros deportistas, la ley corre peligro de ser derogada.
Su argumento se basa en que ahora que el gobierno de la isla permitirá viajar a muchos de sus ciudadanos, se corre el peligro de un éxodo masivo llegando a EE.UU. en busca de mejoras económicas y no por razones políticas.
La Habana incluso extendió de 11 meses a dos años la estancia autorizada a los cubanos para permanecer en el extranjero.
Un documento de cinco puntos suscrito por grupos de exiliados en la Florida señala que “aceptar las solicitudes de permanencia en el país (EE.UU.) de los potenciales viajeros, escogidos por el gobierno cubano, desataría una avalancha social, política y económica perturbadora e incosteable”.
Algunos exiliados piensan que la nueva política de La Habana, además de estar dirigida a buscar que entren más dólares al país, persigue alentar a los cubanos a que emigren a EE.UU., obtengan la residencia y luego regresen sin restricciones a la isla, reforzando así la impresión de que ya no huyen de una dictadura.
La legislación, en vigor desde 1966, concede a los cubanos que lleguen a EE.UU. el privilegio político, por huir de un gobierno comunista, de obtener la residencia legal al cabo de un año y un día de su entrada al país.
Pero según algunos exiliados, después de que Cuba levantó esta semana la prohibición de viajar al extranjero a sus ciudadanos, con excepción de algunos profesionales, peloteros y otros deportistas, la ley corre peligro de ser derogada.
Su argumento se basa en que ahora que el gobierno de la isla permitirá viajar a muchos de sus ciudadanos, se corre el peligro de un éxodo masivo llegando a EE.UU. en busca de mejoras económicas y no por razones políticas.
La Habana incluso extendió de 11 meses a dos años la estancia autorizada a los cubanos para permanecer en el extranjero.
Un documento de cinco puntos suscrito por grupos de exiliados en la Florida señala que “aceptar las solicitudes de permanencia en el país (EE.UU.) de los potenciales viajeros, escogidos por el gobierno cubano, desataría una avalancha social, política y económica perturbadora e incosteable”.
Algunos exiliados piensan que la nueva política de La Habana, además de estar dirigida a buscar que entren más dólares al país, persigue alentar a los cubanos a que emigren a EE.UU., obtengan la residencia y luego regresen sin restricciones a la isla, reforzando así la impresión de que ya no huyen de una dictadura.
