Cuando apenas faltan horas para el primer debate presidencial de este miércoles entre el demócrata Barack Obama y el republicano Mitt Romney, muchos expertos están convencidos de que la forma en que cada candidato se conduzca a la vista de millones de estadounidenses será decisiva a la hora de la votación el próximo 6 de noviembre.
Analistas políticos sostienen que hay mucho en juego cuando ambos contendientes a la Casa Blanca se enfrenten cara a cara por primera vez teniendo como jueces a millones de electores, que no perderán un gesto ni pasarán por alto ninguna palabra mal encajada o el más mínimo resbalón.
En momentos en que Obama encabeza las preferencias de voto en estados claves por una significativa ventaja, según la mayoría de las encuestas nacionales, la oportunidad de invertir esa tendencia como resultado de un buen desempeño, desde el primero de los debates, resulta única para su rival republicano.
Dos prominentes figuras en las filas de Romney han anticipado que su candidato saldrá bien de los debates. Una de ellas, el gobernador de New Jersey, Chris Christie, pronosticó que “toda la campaña dará un vuelco al revés el jueves por la mañana”.
La otra, el senador John McCain, dijo que probablemente el primero, el miércoles, tendrá el mayor número de televidentes visto en este tipo de debates, y que los dos, Obama y Romney, lo harán de “manera excelente, cada cual a su manera”.
Por su parte, la vocera de campaña demócrata Jen Psaki dijo a periodistas a bordo del avión presidencial Air Force One que no hay que esperar que Obama se enfrasque durante los debates en una guerra de tipo personal con Romney.
El presidente “hablará directamente al pueblo estadounidense y lo que ellos quieren escuchar es en qué consiste su plan para hacer avanzar el país (…) será una enorme audiencia, (Obama) quiere hablarles a las familias”, sañaló.
El primer debate estará dedicado a temas de política nacional, entre ellos el desempleo, el déficit federal, los impuestos, la lentitud de la recuperación económica, pero llos estadounidenses no sólo juzgarán a los candidatos por los asuntos de interés nacional sino también por sus cualidades personales.
Analistas políticos sostienen que hay mucho en juego cuando ambos contendientes a la Casa Blanca se enfrenten cara a cara por primera vez teniendo como jueces a millones de electores, que no perderán un gesto ni pasarán por alto ninguna palabra mal encajada o el más mínimo resbalón.
En momentos en que Obama encabeza las preferencias de voto en estados claves por una significativa ventaja, según la mayoría de las encuestas nacionales, la oportunidad de invertir esa tendencia como resultado de un buen desempeño, desde el primero de los debates, resulta única para su rival republicano.
Dos prominentes figuras en las filas de Romney han anticipado que su candidato saldrá bien de los debates. Una de ellas, el gobernador de New Jersey, Chris Christie, pronosticó que “toda la campaña dará un vuelco al revés el jueves por la mañana”.
La otra, el senador John McCain, dijo que probablemente el primero, el miércoles, tendrá el mayor número de televidentes visto en este tipo de debates, y que los dos, Obama y Romney, lo harán de “manera excelente, cada cual a su manera”.
Por su parte, la vocera de campaña demócrata Jen Psaki dijo a periodistas a bordo del avión presidencial Air Force One que no hay que esperar que Obama se enfrasque durante los debates en una guerra de tipo personal con Romney.
El presidente “hablará directamente al pueblo estadounidense y lo que ellos quieren escuchar es en qué consiste su plan para hacer avanzar el país (…) será una enorme audiencia, (Obama) quiere hablarles a las familias”, sañaló.
El primer debate estará dedicado a temas de política nacional, entre ellos el desempleo, el déficit federal, los impuestos, la lentitud de la recuperación económica, pero llos estadounidenses no sólo juzgarán a los candidatos por los asuntos de interés nacional sino también por sus cualidades personales.