Líderes demócratas del Senado en Washington urgieron al presidente Barack Obama a estar preparado para elevar el tope de la deuda permitido legalmente a EE.UU. aun sin aprobación del Congreso para evitar que el país incumpla con sus obligaciones.
Según Harry Reid, líder de la mayoría demócrata en la cámara alta del Capitolio, Obama debe recurrir a “cualquier paso legal” que le permita su autoridad para “asegurar que EE.UU. no incumpla sus compromisos y ello desencadene una crisis económica global”.
Los demócratas han instado al presidente a actuar si los republicanos insisten en que cualquier aumento en el techo de la deuda esté supeditado a una reducción de los gastos del gobierno, que ellos consideran “irrazonables y fuera de balance”.
Analistas han previsto la posibilidad de que se produzca una nueva dilación de las negociaciones sobre el tope de la deuda en el Congreso, controlado por los republicanos, como la que el país experimentó hasta hace pocos días relacionada con el llamado “abismo fiscal”.
Pero Obama ha dicho que un aumento en la capacidad de endeudamiento del país no es negociable y que evitará que se repita lo sucedido en 2011 cuando la Casa Blanca y el Congreso no lograron ponerse de acuerdo sobre el asunto y el país estuvo al borde de declararse en mora.
Hasta ahora los republicanos no han dado muestras de estar dispuestos a retirar su demanda de que una reducción de los gastos gubernamentales sea parte del debate sobre el techo de la deuda.
Michael Steel, vocero del presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, dijo que “el pueblo estadounidense no tolerará un incremento en el límite de la deuda sin reformas y recortes en los gastos”.
Según Harry Reid, líder de la mayoría demócrata en la cámara alta del Capitolio, Obama debe recurrir a “cualquier paso legal” que le permita su autoridad para “asegurar que EE.UU. no incumpla sus compromisos y ello desencadene una crisis económica global”.
Los demócratas han instado al presidente a actuar si los republicanos insisten en que cualquier aumento en el techo de la deuda esté supeditado a una reducción de los gastos del gobierno, que ellos consideran “irrazonables y fuera de balance”.
Analistas han previsto la posibilidad de que se produzca una nueva dilación de las negociaciones sobre el tope de la deuda en el Congreso, controlado por los republicanos, como la que el país experimentó hasta hace pocos días relacionada con el llamado “abismo fiscal”.
Pero Obama ha dicho que un aumento en la capacidad de endeudamiento del país no es negociable y que evitará que se repita lo sucedido en 2011 cuando la Casa Blanca y el Congreso no lograron ponerse de acuerdo sobre el asunto y el país estuvo al borde de declararse en mora.
Hasta ahora los republicanos no han dado muestras de estar dispuestos a retirar su demanda de que una reducción de los gastos gubernamentales sea parte del debate sobre el techo de la deuda.
Michael Steel, vocero del presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, dijo que “el pueblo estadounidense no tolerará un incremento en el límite de la deuda sin reformas y recortes en los gastos”.