Una encuesta difundida el lunes por la cadena ABC y el diario The Washington Post podría ser la primera señal de que los estadounidenses están modificando su opinión sobre el control de las armas de fuego luego de la matanza que segó el viernes pasado en Connecticut la vida de 20 niños de seis y siete años de edad.
De acuerdo con el sondeo, realizado entre ese día y el domingo, 44 por ciento de los entrevistados dijeron apoyar leyes más estrictas sobre el control de armas, y sólo 33 por ciento se opusieron, un cambio notable en comparación con el pasado.
Todas las encuestas llevadas a cabo durante la década de 1990 mostraban que la mayoría de los estadounidenses era partidarios de rigurosas leyes sobre el control de armas de fuego, pero después el criterio prevaleciente fue otro.
Incluso luego del ataque en el que murieron seis personas en Tucson Arizona en enero del año pasado cuando la legisladora demócrata Gabrielle Giffords fue baleada en la cabeza , un sondeo reveló que sólo uno de cada cuatro estadounidenses se oponía a prohibir la posesión de armas de fuego en el país.
La masacre del pasado mes de julio en un cine en un suburbio de Denver, Colorado, que dejó 12 muertos, y el tiroteo dos semanas más tarde en un templo sikh en Miulwakee, Wisconsin, con saldo de 6 víctimas fatales, tampoco hizo variar sustancialmente esa opinión.
Según una encuesta de CNN y ORC International, en agosto pasado, el 50 por ciento de los estadounidenses no apoyaban ninguna restricción sobre las armas de fuego, y 48 por ciento opinaban que era necesario restringiras al máximo o ilegalizarlas. Los papeles al parecer ahora se están invirtiendo, de acuerdo con el último sondeo.
De acuerdo con el sondeo, realizado entre ese día y el domingo, 44 por ciento de los entrevistados dijeron apoyar leyes más estrictas sobre el control de armas, y sólo 33 por ciento se opusieron, un cambio notable en comparación con el pasado.
Todas las encuestas llevadas a cabo durante la década de 1990 mostraban que la mayoría de los estadounidenses era partidarios de rigurosas leyes sobre el control de armas de fuego, pero después el criterio prevaleciente fue otro.
Incluso luego del ataque en el que murieron seis personas en Tucson Arizona en enero del año pasado cuando la legisladora demócrata Gabrielle Giffords fue baleada en la cabeza , un sondeo reveló que sólo uno de cada cuatro estadounidenses se oponía a prohibir la posesión de armas de fuego en el país.
La masacre del pasado mes de julio en un cine en un suburbio de Denver, Colorado, que dejó 12 muertos, y el tiroteo dos semanas más tarde en un templo sikh en Miulwakee, Wisconsin, con saldo de 6 víctimas fatales, tampoco hizo variar sustancialmente esa opinión.
Según una encuesta de CNN y ORC International, en agosto pasado, el 50 por ciento de los estadounidenses no apoyaban ninguna restricción sobre las armas de fuego, y 48 por ciento opinaban que era necesario restringiras al máximo o ilegalizarlas. Los papeles al parecer ahora se están invirtiendo, de acuerdo con el último sondeo.
