Después de la ceremonia de juramentación del presidente Barack Obama el próximo lunes, miles de personas se aglomerarán a lo largo de la ruta de dos kilómetros y medio que lleva hasta el centro de Washington para presenciar el desfile inaugural.
Además de bandas de música y grupos de baile también asistirán al desfile algunos perros, como Sajen, que sirve de lazarillo en la ciudad The Plains, en Virginia, a su ama, Caroline Elgin, una minusválida que casi a los 10 años de edad –ahora tiene 19-- sufrió una parálisis cerebral que le afectó el habla y su capacidad de locomoción, pero no su inteligencia.
Sajen es capaz de reconocer más de 60 voces de mando y ayuda a su dueña a recoger cosas, le alcanza las medias, también se las quita y le lleva su rienda. Además puede cerrar una puerta. Según la madre de la joven, el perro le ha dado mayor confianza a su hija.
“Desde que Caroline tiene a Sajen, su personalidad ha sido realmente capaz de crecer. Antes era muy tímida, pero después ha demostrado estar orgullosa de tenerlo junto a ella y se siente más cómoda yendo a los lugares públicos. Creo que simplemente, le cambió del todo la vida”.
Según la joven, la gente se le aproxima con más facilidad desde que tiene a Sajen. Mientras, en la cercana ciudad de Middleburg, también en Virginia, el niño de 11 años Bobby Slater enseña comandos básicos a su perra Shiloh, con la esperanza de que llegue a ser su lazarilla.
Tales perros son especialmente criados y entrenados por la organización no lucrativa Canine Companions for Independencia (Acompañantes caninos para la independencia), que se los ofrece gratuitamente a minusválidos. Cuando los animales tienen dos meses de nacidos son enviados a vivir con quienes se ofrecen a enseñarles, como Slater.
El niño lleva a Shiloh a una escuela para que aprenda a socializarse. “Cuando le digo que se siente, lo hace a medias y espera que uno le dé un premio, pero si le ordeno que se siente del todo, entonces obedece”, indicó el niño. Su compañera de clases, Sucie Jones, también lo ayuda.
“Siento como si tener una perra en nuestra clase es una buena experiencia porque todos dedicamos tiempo a sacarla afuera y decirle cosas que la enseñan a actuar”, dijo la niña.
Cuando los cachorros ya tienen año y medio dejan de estar con los voluntarios para recibir un entrenamiento avanzado en los centros regionales de la organización. Sólo 40 por ciento de ellos pasan las pruebas y llegan a ser perros lazarillos. El resto por lo general son adoptados por quienes los criaron.
La hermana mayor de Slater, Meg Ann, también ha entrenado a cachorros. “Es realmente un trabajo duro porque uno tiene que renunciar a ellos, pero es bueno saber que van a cambiarle la vida a alguien y hacérsela más fácil”, señaló.
Su hermano y Shiloh también asistirán al desfile presidencial al igual que Caroline y Sajen, así como otras personas con 50 perros que poseen estas habilidades.
Además de bandas de música y grupos de baile también asistirán al desfile algunos perros, como Sajen, que sirve de lazarillo en la ciudad The Plains, en Virginia, a su ama, Caroline Elgin, una minusválida que casi a los 10 años de edad –ahora tiene 19-- sufrió una parálisis cerebral que le afectó el habla y su capacidad de locomoción, pero no su inteligencia.
Sajen es capaz de reconocer más de 60 voces de mando y ayuda a su dueña a recoger cosas, le alcanza las medias, también se las quita y le lleva su rienda. Además puede cerrar una puerta. Según la madre de la joven, el perro le ha dado mayor confianza a su hija.
“Desde que Caroline tiene a Sajen, su personalidad ha sido realmente capaz de crecer. Antes era muy tímida, pero después ha demostrado estar orgullosa de tenerlo junto a ella y se siente más cómoda yendo a los lugares públicos. Creo que simplemente, le cambió del todo la vida”.
Según la joven, la gente se le aproxima con más facilidad desde que tiene a Sajen. Mientras, en la cercana ciudad de Middleburg, también en Virginia, el niño de 11 años Bobby Slater enseña comandos básicos a su perra Shiloh, con la esperanza de que llegue a ser su lazarilla.
Tales perros son especialmente criados y entrenados por la organización no lucrativa Canine Companions for Independencia (Acompañantes caninos para la independencia), que se los ofrece gratuitamente a minusválidos. Cuando los animales tienen dos meses de nacidos son enviados a vivir con quienes se ofrecen a enseñarles, como Slater.
El niño lleva a Shiloh a una escuela para que aprenda a socializarse. “Cuando le digo que se siente, lo hace a medias y espera que uno le dé un premio, pero si le ordeno que se siente del todo, entonces obedece”, indicó el niño. Su compañera de clases, Sucie Jones, también lo ayuda.
“Siento como si tener una perra en nuestra clase es una buena experiencia porque todos dedicamos tiempo a sacarla afuera y decirle cosas que la enseñan a actuar”, dijo la niña.
Cuando los cachorros ya tienen año y medio dejan de estar con los voluntarios para recibir un entrenamiento avanzado en los centros regionales de la organización. Sólo 40 por ciento de ellos pasan las pruebas y llegan a ser perros lazarillos. El resto por lo general son adoptados por quienes los criaron.
La hermana mayor de Slater, Meg Ann, también ha entrenado a cachorros. “Es realmente un trabajo duro porque uno tiene que renunciar a ellos, pero es bueno saber que van a cambiarle la vida a alguien y hacérsela más fácil”, señaló.
Su hermano y Shiloh también asistirán al desfile presidencial al igual que Caroline y Sajen, así como otras personas con 50 perros que poseen estas habilidades.