Después de fracasar todo intento por retrasar la aplicación de la pena de muerte Michael Taylor, de 47 años, fue ejecutado en Misuri, según informó el Departamento de Seguridad Pública del estado.
Tanto el gobernador Jay Nixon como el sistema judicial rechazaron las solicitudes de clemencia de los abogados de Taylor, quienes argumentaron que el nuevo protocolo de ejecución estatal era un castigo cruel e inusual.
El reo, quien cumplía una sentencia por secuestrar, violar y asesinar a una joven de 15 años en Kansas City hace 25 año, no hizo ninguna declaración previa a la ejecución ni dejo nada por escrito como se estila en estos casos.
Según reportó la agencia AP, Taylor hizo dos respiraciones profundas antes de cerrar sus ojos por última vez.
Un grupo de manifestantes que se oponen a la pena de muerte realizó una vigilia y expresó que “matar a alguien cuando puedes castigarlo de otra manera no es la solución”.
Por otro lado, los que difieren de la decisión de la corte expresaron que debieron permitir a Taylor saber sobre la procedencia de la inyección letal y sus componentes para asegurarse que no provoque un dolor insoportable y una muerte cruel.
Esta polémica se ha presentado en varios estados, luego que las compañías farmacéuticas anunciaran que no venderían el pentobarbital, el componente principal de la inyección letal, a los estados para ejecutar la pena de muerte.
Tanto el gobernador Jay Nixon como el sistema judicial rechazaron las solicitudes de clemencia de los abogados de Taylor, quienes argumentaron que el nuevo protocolo de ejecución estatal era un castigo cruel e inusual.
El reo, quien cumplía una sentencia por secuestrar, violar y asesinar a una joven de 15 años en Kansas City hace 25 año, no hizo ninguna declaración previa a la ejecución ni dejo nada por escrito como se estila en estos casos.
Según reportó la agencia AP, Taylor hizo dos respiraciones profundas antes de cerrar sus ojos por última vez.
Un grupo de manifestantes que se oponen a la pena de muerte realizó una vigilia y expresó que “matar a alguien cuando puedes castigarlo de otra manera no es la solución”.
Por otro lado, los que difieren de la decisión de la corte expresaron que debieron permitir a Taylor saber sobre la procedencia de la inyección letal y sus componentes para asegurarse que no provoque un dolor insoportable y una muerte cruel.
Esta polémica se ha presentado en varios estados, luego que las compañías farmacéuticas anunciaran que no venderían el pentobarbital, el componente principal de la inyección letal, a los estados para ejecutar la pena de muerte.