Micky Torrealba, un caraqueño con más de 20 años fuera de Venezuela, aguarda en silencio la entrada de un posible cliente en su restaurante “Café Azul” ubicado en la localidad de Hyattsville, en Maryland.
Lleva once años con su negocio y nunca había vivido una situación similar a ésta. “Primera vez que vivo algo así en mi vida. Ni siquiera en Venezuela porque salí de allí hace muchos años”, dice.
Debido a la pandemia de COVID-19, las medidas impuestas por gobiernos estatales y locales afectan el funcionamiento y las ganancias de un gran número de negocios. Uno de los sectores más impactados es el de los restaurantes.
Los clientes sólo pueden ordenar comida para llevar o pedir “delivery”. “No he tenido la gente que siempre espero todos los días", comenta Torrealba, dueño de “Café Azul”. "Me han bajado más de un 50% las ventas y los empleados que, normalmente, tienen cinco días, ya sólo trabajan dos días.
Les he dicho que si las cosas no mejoran esta semana, la próxima semana no sé si cerraremos, o continuaré yo solo o… no sé. No sé qué medidas iremos a tomar. Solamente con los deliveries y los take outs o comida para llevar, no sobrevivimos”.
Una de las empleadas de confianza, Adriana López, pasa gran parte del día observando los carros pasar a través de la ventana. Si bien entiende que esta situación no tiene un responsable claro, lamenta la incertidumbre que le produce no saber de dónde ‘sacará’ el dinero para llegar a fin de mes.
“Principalmente porque yo tengo mi bebé y tengo que pagar quien me lo cuide", cuenta Adriana. "Es un dinero extra que tengo que ver de dónde lo saco. Mi esposo y yo siempre tratamos de tener guardado el monto de la renta de un mes y ahora, quizás tenemos para sostenernos un mes o mes y medio; pero no más”.
Entregas a domicilio
Entre las medidas impuestas por las autoridades sanitarias, está la prohibición de que las personas coman en los restaurantes, lo que ha hecho que empresas como GrubHub y UberEats, entre otras, destaquen en esta época.
Sin embargo, hay quienes prefieren ordenar por teléfono y buscarlo en el local, por lo tanto los dueños de restaurantes deben extremar las medidas de seguridad e higiene, como explica Micky Torrealba.
“Trabajamos nerviosos. Cada persona que entra aquí es como un acertijo. Uno no sabe si tiene o no el virus. ¡Es algo loco!. Una vez que entran, no puede sentarse nadie. Ya tenemos listo su pedido, se lo damos y ya… firman y cuando terminan de firmar, desinfectamos otra vez toda el área, desinfectamos la manilla de la puerta… ya no prestamos el baño porque, imagínate, no hay papel ‘toilet’ (papel higiénico)”.
Mientras pasa esta contingencia, el gobierno del presidente Donald Trump ha prometido aprobar un paquete de ayuda financiera para aliviar el impacto en la economía del país, sobre todo en pequeñas y medianas empresas, como “Café Azul” en Maryland, un negocio que lucha por no desaparecer en esta crisis.