La recomendación del jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Mike Pompeo, de una “rápida transición negociada” en Venezuela es una propuesta racional que nace de la inefectividad de las estrategias opositoras del último año, opinan analistas consultados por la Voz de América.
Los expertos en ciencias políticas en el país suramericano también concuerdan en que en el llamado estadounidense espanta ideas radicales, como la de una eventual intervención militar.
Pompeo mencionó en un comunicado el jueves que “una rápida transición negociada a la democracia es la ruta más efectiva y sostenible hacia la paz y la prosperidad en Venezuela”.
Su opinión incluía la tesis de que “las negociaciones podrían abrir el camino de la crisis a través de un gobierno de transición que organizará elecciones libres y justas”.
El mensaje del máximo representante del Departamento de Estado estadounidense se conoce justo en el momento de mayor tensión política en los últimos meses en Venezuela, luego que una fracción opositora se aliara con el madurismo para tomar de facto las riendas del Parlamento.
Otro comunicado del despacho de Pompeo precisó que la transición en Venezuela significa la elección de “un nuevo y balanceado” Consejo Electoral; “un nuevo Tribunal Supremo de Justicia, justo e independiente”; y “elecciones abiertas a todos los partidos”.
Pompeo también hizo votos por el restablecimiento de los poderes del Parlamento, la suspensión de restricciones a individuos y partidos políticos para permitir su “libre participación” en elecciones y el ejercicio de la libre prensa en la cobertura de eventuales comicios.
La líder opositora María Corina Machado, en relación a las declaraciones del secretario Pompeo, dijo, "Es clarísimo que, frente a un estado criminal terrorista, como es el régimen instalado en Venezuela, tiene que haber la construcción de una amenaza creíble en el cual el régimen sepa que su única opción es ceder el poder”.
¿Qué opinan los expertos?
Luis Vicente León, presidente de la empresa Datanálisis, considera que la iniciativa de Pompeo es “absolutamente racional” y nace, a su juicio, en respuesta al proceso de intentos fallidos de forzar un cambio político en Venezuela de manera unilateral, por un año ya.
León valora que ese esquema de presiones y sanciones contra el gobierno en disputa de Nicolás Maduro no ha logrado por sí solo provocar esa modificación del status quo venezolano.
Estados Unidos, opina el profesor de la Universidad Católica Andrés Bello, no ha abandonado su objetivo de que Maduro deje el poder ni abre las puertas a su reconocimiento.
“Lo que Pompeo introduce en el debate es que, probablemente, ese cambio va a buscar rutas distintas a las que se han utilizado hasta ahora y que evidentemente no han sido exitosas”, acota.
El analista advierte que el planteamiento de Pompeo no se refiere exclusivamente a una negociación directa entre Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional, y Nicolás Maduro.
Puede contemplar, dice, a la necesidad de negociar con otras fuerzas, como la militar, que León considera “fundamentales” para sembrar en el país la idea de una elección competitiva.
“También puede buscar que el gobierno venezolano establezca unos cambios en las condiciones para que se produzca en realidad una expresión popular o incluso la posibilidad de que actores del propio chavismo permanezcan en poder mientras se den las condiciones de cambio”, opina.
León anticipa un escenario en el que las “élites de poder” en Venezuela, sean civiles, militares o incluso Maduro, tengan un rol que cumplir en esa transición para garantizar equilibrio.
Intoxicación de la estrategia
El politólogo Víctor Maldonado aprecia que el llamado inesperado de Washington a negociaciones en Venezuela es una réplica a “los escenarios fracasados” que la oposición prometió desde que Juan Guaidó asumió el liderazgo del Parlamento, en enero de 2019.
Resalta que los detractores de Maduro erraron en su curso estratégico, invirtiendo, incluso, siete meses en negociaciones políticas con el madurismo en los mecanismos de Oslo y Barbados. Es “imposible”, dice, pensar que el año pasado fue bueno para Guaidó y sus aliados.
“Vendieron que el ingreso de la ayuda humanitaria iba a desencadenar el cambio y, luego, que ocurriría la ruptura o el quiebre militar. La oposición ha proporcionado al gobierno de Estados Unidos tan malos datos de inteligencia que ha intoxicado su capacidad de análisis”, opina.
Maldonado interpreta el mensaje estadounidense como “institucional”. Considera que refleja la noción de Washington de lo que sería preferible para Venezuela, antes que escenarios agitados.
“No es que a Estados Unidos se contagió de un virus de candidez. Es un mensaje que apuesta a decir que es preferible por las buenas que por las malas. Es otra forma de decir que todas las opciones están sobre la mesa”, evalúa.
Maldonado prevé que algunos factores de oposición tergiversarán alegando que Estados Unidos está mandando a sus aliados en Venezuela a una negociación tradicional con el madurismo.
Considera que el llamado de Pompeo sorprende a la oposición en un momento de fragmentación y algunos casos de presunta corrupción interna -la bancada que respalda a Guaidó denunció pagos de decenas de miles de dólares a diputados “traidores” para que nombraran a otra directiva del Parlamento-.
La oposición, según el experto, está empantanada en una “maraña de intereses y corrupciones”. Maldonado duda que haya condiciones entre iguales para negociar.
“El de Maduro es un régimen que no respeta a la ley, que no tiene consideraciones de la contraparte, con una voracidad propia de los regímenes totalitarios”, opina.
Intervención anulada
Maldonado, también profesor universitario, descarta que el madurismo se entregue a “un éxtasis pinochetista”, que le lleve a convocar un plebiscito para pulsar la opinión popular sobre si debe o no continuar al frente del poder ejecutivo venezolano.
Estados Unidos, remarca, está plenamente consciente de que no existen condiciones para una negociación tradicional ni fáctica con el madurismo.
“Tanto lo saben que tienen un inventario amplio de sancionados, que crece en vez de decrecer”, comenta, mencionando, a su vez, que la agenda política de Estados Unidos está “complicada” con el juicio político al presidente Donald Trump y el conflicto bélico con Irán.
Gustavo Adolfo Soto, politólogo de la Universidad Rafael Urdaneta, valora la postura de Pompeo como “la más acertada” en el actual contexto político en Venezuela.
Sopesa que su propuesta aleja la tentación de salidas apresuradas a la crisis, como la de una intervención de fuerzas militares estadounidenses en Venezuela, y apuesta por la factibilidad.
“Manejar el tema de la intervención militar genera grandes desequilibrios. Lo más seguro e ineludible es que estas negociaciones giren en torno a un proceso electoral donde todas las fuerzas puedan medirse, para que sea una elección válida hacia el futuro”, expresa.
Soto juzga que el mensaje de Pompeo plantea un reto posterior para la oposición y el madurismo. Se pregunta si ambos factores políticos están verdaderamente preparados para encarar una elección en el contexto de premura económica y conflictividad social del país.
“Ambos factores se han descuidado. Han perdido un poco el entendimiento de la demanda social del venezolano. Están descontextualizados”, aprecia.
El politólogo comenta que, históricamente, el chavismo ha aceitado su maquinaria electoral con éxito, indistintamente de la naturaleza y condiciones de los comicios recientes.
La oposición, insiste, debe recomponer su unidad mediante la revisión de sus filas y de sus propuestas para encarar exitosamente una elección, en la que jugarán un rol vital factores como la migración y el debilitamiento de las fuerzas partidistas en las gargantas populares del país.
Soto cree que la negociación propuesta por Washington sorprende al madurismo y a sus detractores en un mar de errores internos, que, a su juicio, se evidenciaron el 5 de enero.
Estima que la urgencia de lograr acuerdos en Venezuela es “ineludible”, al margen del comunicado de Pompeo. No descarta que el Parlamento pueda aún ser el escenario para ventilarlos y concretarlos. “Están a tiempo de un entendimiento real”, dice.
Maldonado, politólogo de la Universidad Católica Andrés Bello, hace una acotación firme al llamado de Pompeo. Lo atomiza. Le preocupa que políticos, gobernantes y el pueblo venezolanos “cedan en su esfuerzo de aferrarse a la realidad” al atender la solicitud de negociaciones.
“Si tienes un león al frente y llego yo y te digo que no temas al león, tienes dos alternativas: creerme y que te coma; o no creerle al león”, pondera.