El papa Francisco salió el martes del Vaticano y visitó en su casa a Emma Bonino, una veterana política conocida en Italia por su exitosa campaña en la década de 1970 para legalizar el aborto.
Francisco, líder de la Iglesia Católica Apostólica Romana, que cuenta con 1.400 millones de fieles, expresa con frecuencia una feroz oposición al aborto. Ha dicho que abortar es "asesinato" y equivale a "contratar a un sicario".
Pero el pontífice también ha entablado relaciones con varias figuras anticlericales italianas.
Bonino, de 76 años, fue dada de alta el mes pasado tras sufrir problemas respiratorios y cardiacos. El año pasado dijo que se había recuperado de una batalla de ocho años contra un cáncer de pulmón.
Francisco, de 87 años y con problemas de salud ocasionales, fue visto en el apartamento de Bonino en el centro de Roma tras una visita esa mañana a la cercana Pontificia Universidad Gregoriana.
La oficina de prensa del Vaticano confirmó la visita, pero dijo que no daría más detalles. Bonino dijo que no tenía comentarios sobre la visita.
Bonino fue elegida diputada al Parlamento italiano en 1976 como miembro del antisistema Partido Radical, que impulsó la aprobación de una ley para legalizar el aborto en 1978, confirmada posteriormente por un referendo nacional en 1981.
Al principio de sus 11 años de papado, Francisco se reunía regularmente con Eugenio Scalfari, un ateo declarado que fundó el diario de centro-izquierda La Repubblica y había sido legislador socialista durante un mandato. Murió en 2022.
A la salida de la casa de Bonino, un periodista de La Repubblica preguntó a Francisco cómo estaba ella.
"Muy bien", respondió, según un video publicado por medios italianos.
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