El papa Francisco decidió trasladar temporalmente a Roma al obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez, conocido por sus críticas al gobierno del presidente nicaragüense Daniel Ortega.
La decisión se anunció el miércoles durante una rueda de prensa capitalina con el presidente de la Conferencia Episcopal, cardenal Leopoldo Brenes, y el propio Báez, quien expresó su "tristeza y dolor" por tener que abandonar su país.
El obispo de 60 años dijo que el Papa lo citó en el Vaticano en días pasados y le solicitó trasladarse a Roma asegurándole que su permanencia sería "por un tiempo".
Báez, quien públicamente ha apoyado las protestas que estallaron hace casi un año contra Ortega, no dijo si la decisión papal estaría relacionada con denuncias sobre un supuesto plan para asesinarlo, revelado a inicios de este mes por la exembajadora de Estados Unidos en Managua, Laura Dogu, quien declaró al diario Indiana Gazzete que antes de concluir su misión el año pasado fue "objeto de un plan de asesinato" junto a figuras opositoras como el obispo Silvio Báez y el exjefe del Ejército Humberto Ortega, hermano del mandatario.
El cardenal Brenes confirmó que "casi todos los obispos recibimos constantemente amenazas" y que las llamadas no pueden ser rastreadas porque se realizan de teléfonos móviles comprados con esa exclusiva función.
Monseñor Báez, uno de los obispos más cultos y preparados de Nicaragua, participó como mediador y testigo en el primer diálogo nacional que se realizó de mayo a julio del año pasado. Exégeta y doctor en sagradas escrituras, no vivió el primer gobierno de Ortega, en la década de 1980, porque a sus 21 años, tras la caída del dictador Anastasio Somoza en 1979, se trasladó al seminario de la orden Carmelita en Costa Rica.
Tras vivir 30 años en Italia volvió en 2009 a Nicaragua, donde el papa Benedicto XVI lo nombró obispo auxiliar de Managua. Lee alemán y habla a la perfección italiano, inglés y francés, y es conocido por su actividad en Twitter, donde tiene más de 142.000 seguidores, en su gran mayoría jóvenes.
El gobierno de Nicaragua no se ha pronunciado hasta el momento sobre la decisión del papa Francisco. Tras el fracaso del primer diálogo, Ortega acusó a los obispos católicos de ser parte de "un plan golpista y terrorista" de la oposición.
El escritor Sergio Ramírez, Premio Cervantes 2017, calificó en un tuit el traslado de Báez a Roma como "un exilio forzado". El novelista advirtió que constituye "un duro golpe a la lucha por la democracia en Nicaragua, la que llegará de todos modos más temprano que tarde".