El Salvador debe de tomar urgentemente medidas efectivas para prevenir la privación arbitraria de la vida y poner fin al círculo vicioso de impunidad que hace posible estos crímenes, afirmó el lunes Agnes Callamard, relatora especial de las Naciones Unidas sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias.
La relatora de la ONU calificó como una guerra de parte de las fuerzas de seguridad las acciones para enfrentar la violencia que provocan las pandillas en este país centroamericano.
Callamard hizo las afirmaciones al concluir su visita a El Salvador. La funcionaria pidió al gobierno salvadoreño eliminar las medidas extraordinarias.
En 2017 El Salvador registró una taza de homicidios de 60 por cada 100.000 habitantes.
“Es una guerra por parte de las fuerzas de seguridad contra los jóvenes y los pobres, pues la policía y los funcionarios públicos tratan a toda la juventud como si fueran pandilleros simplemente por el mero hecho del lugar en el que viven”, dijo Callamard.
El Congreso salvadoreño estudia una petición para prorrogar dichas medidas por un año a partir del 30 de abril próximo, pero la funcionaria de las Naciones Unidas hizo esta advertencia: “La presión internacional va a continuar, va a aumentar, si las condiciones en las cárceles, sobre todo en las que hay las medidas extraordinarias, si esas condiciones no se atienden urgentemente”.
Las medidas extraordinarias abarcan la restricción de visitas en las cárceles y el aislamiento casi por completo de aquellos reos miembros de pandillas que han comtido delitos atroces.
La relatora de la ONU presentará su informe en el Consejo de Derechos Humanos y dijo que es urgente que el gobierno salvadoreño atienda las recomendaciones.