Un estudio de análisis de datos y proyecciones de “Refugiados y asilados en los Estados Unidos” publicado en días recientes por el Instituto de Políticas Migratorias (MPI) en Washington, estima que el número de asilados provenientes de América Latina podría aumentar y revertir con ello las baja sostenida a niveles mínimos en la última década.
De ser una región que al inicio del milenio ocupaba el segundo lugar en admisiones; 60,000 en el año 2000, solo después de África, pasó a tener una baja sostenida a niveles mínimos en la última década 2010-2020 con solo el 4% del total de refugiados de los países del hemisferio occidental en EE.UU.
Según el artículo de MPI, los cambios en la política de inmigración en Estados Unidos, que han flexibilizado las reglas de mayor rigidez que se impusieron durante la administración de Donald Trump, además de los focos de crisis que están activos en varios países latinoamericanos, entre estos escenarios de crisis política podrían revertir en el futuro próximo esas dinámica de caída en las cifras.
“Las admisiones de refugiados a través de programas de reasentamiento de América Latina y el Caribe (ALC) han sido consistentemente bajas a pesar de la gran necesidad de protección humanitaria. Pero los cambios en las políticas migratorias y los contextos sociopolíticos pueden permitir que haya más refugiados de esta región en los próximos años”, proyecta el estudio.
Según el análisis de datos hecho por la institución, los cubanos han ocupado la primera posición en cuanto al número de refugiados por país en el continente, en parte debido a que Estados Unidos comenzó a procesar peticiones de asilo desde la isla en 1987, otorgando la aprobación cuando el peticionario todavía está dentro del país: “como otras consideraciones especiales para quienes huyen del régimen comunista de Cuba”, especifica el estudio.
Los ejercicios fiscales de Estados Unidos dan cuenta que el 75% de las admisiones del programa ALC, provienen de la isla, aunque las cifras para Cuba también comenzaron a decrecer desde el año 2015 cuando inició el proceso de normalizar de relaciones diplomáticas entre el gobierno estadounidense con el cubano, y para el año pasado los cubanos solo ocuparon el 1% de admisiones, el resto del bajo porcentaje regional se lo reparten otros países especialmente centroamericanos.
“En general, en la última década, el 28% de los refugiados provienen de África, el 63% de Asia, el 5% de Europa y el 4% de América Latina y el Caribe”, consigna el análisis realizado por el Instituto de Políticas Migratorias, que pone en perspectiva las cifras a partir de los cambios experimentados por la anterior administración que llevó a niveles mínimos la aceptación de refugiados con solo 11,814 admitidos en el año fiscal 2020.
De Latinoamérica, El Salvador destaca como el país de origen con la mayor cantidad de refugiados en el año fiscal anterior con 365 peticiones admitidas, según reflejan los gráficos elaborados para el estudio, sin especificar las razones por las que han sido aceptados.
Al principio de su mandato el presidente Joe Biden anunció que Estados Unidos volvería a aumentar las cifras de refugiados admitidos en el país a números cercanos a los registrados durante la administración del presidente Barack Obama.
Pero ante la crisis en la frontera sur y el aluvión de críticas de sus oponentes el mandatario dejó ver en abril que se mantendría el ingreso en los límites de los 15,000 impuestos por su antecesor, lo que generó un sismo dentro de las filas demócratas y que llevó a Biden a mediados de abril a rectificar, pero aún sin precisar nuevas cifras.
Los entendidos en la materia consideran poco probable que Estados Unidos llegue a admitir los 62,500 refugiados que proyectaba el decreto que firmó Biden en febrero pasado.
El cambio hacia un “enfoque cauteloso” del administración Biden en cuanto a las cifras de refugiados podría estar relacionado al aumento sustancial de los últimos meses de migrantes irregulares que llegan a la frontera sur, y que han generado un punto flaco para la gestión ante sus oponentes republicanos que culpan de la crisis a las políticas demócratas, han coincidido expertos en la materia.
El Programa de Admisión de Refugiados tiene un carácter distinto del sistema de asilo para migrantes, puesto que los primeros deben pasar por un proceso de examen por cada caso mientras todavía están en el extranjero, para recibir el permiso de entrar al país; en el caso de los migrantes que llegan a las frontera sur de Estados Unidos y piden asilo, este inicia otro camino a través de las cortes de inmigración.
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