El objetivo de Estados Unidos de involucrar al sector privado como actor clave en el plan regional -en proceso de elaboración- para reducir las migraciones irregulares desde el Triángulo Norte de Centroamérica hacia la potencia del norte genera enormes expectativas en los sectores privados de esos países.
Los presidentes de los principales gremios empresariales de Guatemala, Honduras y El Salvador hablaron con la Voz de América y coinciden en la oportunidad que ofrece la eventual inversión de 4,000 millones de dólares que prevé la administración del presidente Joe Biden para sus países, con la que se podría no solo dinamizar la economía sino proyectarla hacia el futuro.
Si bien reconocen que cada país de la región presenta grandes oportunidades con marcadas diferencias entre sí, Hermann Girón, de CACIF, en Guatemala; Juan Carlos Sikaffy, de COHEP en Honduras, y Javier Simán, de ANEP de El Salvador, creen también que un primer paso indispensable para encaminar con éxito la iniciativa estadounidense será el combate directo a la corrupción y la impunidad, asegurar la gobernabilidad democrática y la certeza jurídica para atraer inversiones.
Desde Guatemala, Hermann Girón, que preside el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (CACIF) que aglutina a 8 cámaras de comercio y 80 comités gremiales que en conjunto agrupan a unas 20,000 empresas, en su mayoría pequeños y medianos negocios, expresa que la inversión misma para su país y los vecinos no sería suficiente sino se consolidan las leyes y cambios que amerita la región para encararse a una economía de futuro.
Girón guarda expectativas sobre la anunciada visita de la vicepresidenta Kamala Harris a Guatemala a principios de junio, cuando se estarían reuniendo con ella, para conocer con más detalle las líneas generales y las perspectivas que tiene Estados Unidos en cuanto a la participación de los sectores privados y otros grupos de la sociedad civil guatemalteca.
Luego de la gira de Harris, las gremiales del Triángulo Norte prevén conformar una delegación para realizar en conjunto una visita a Washington DC para interactuar con otros actores clave en la toma de decisiones en Estados Unidos.
“Una visita que nos permita hablar de los planes con acciones a corto plazo, como evidenciar lo que se viene haciendo, pero también en el mediano y largo plazo, las inversiones y el trabajo que se pueda hacer en mejores normativas para el clima de inversiones y por supuesto las grandes inversiones que pueden ir desde telecomunicaciones, infraestructura y capacidades portuarias”, explica Girón a la VOA.
Gremiales se adelantan a gobiernos del istmo
La propuesta de Estados Unidos llega a la región bajo un clima político que entre sus diferentes matices evidencia las gestiones de Alejandro Giammattei, en Guatemala; Juan Orlando Hernández, en Honduras y Nayib Bukele, en El Salvador. Con cada uno el Departamento de Estado hace un acercamiento por separado ante lo que podría evidenciar una clara falta de sintonía entre las gestiones gubernamentales de vecinos, según coinciden los líderes empresariales.
El Enviado Especial para el Triángulo Norte, Ricardo Zúñiga ha hecho dos visitas a la región, la primera, a principios de abril para reunirse con altos funcionarios del gobierno en Guatemala y actores de la sociedad civil, luego replicó el encuentro en El Salvador, y a Honduras lo abordó con la misión diplomática en Washington. Zúñiga afirmó después de la visita que en el plan regional el sector privado y la sociedad civil serán clave para la inversión que busca el despegue económico regional y reducir las migraciones.
Esta semana Ricardo Zúñiga volvió a San Salvador ante la grave crisis institucional que ha puesto al país bajo la mira de Estados Unidos, la Unión Europea y organismos como la ONU, la OEA y el CIDH por la destitución fuera de los marcos jurídicos y los estándares internacionales de los 5 jueces del Tribunal Constitucional y del fiscal general de la república, sustituidos por allegados del presidente Bukele con su asamblea legislativa mayoritaria.
El presidente de la Asociación Nacional de la Empresa Privada, ANEP, gremial que aglutina a unas 15 mil empresas agrupadas en 50 entidades de 55 subsectores productivos salvadoreños, le pone nombre a esa relación “nada cordial entre los tres presidentes” que hasta ahora no han cumplido el mandato de reunirse cada 6 meses como establece el Tratado de Integración Económica Centroamericana. “En parte es (la razón) porque la relación entre los presidentes está deteriorada”, agrega Javier Simán.
Ante ese escenario ANEP, COHEP y CACIF se han adelantado a sus gobiernos y desde el año pasado empezaron a trabajar en una fuerza coordinada para encontrar soluciones a los problemas de conectividad, aduanas y trabas arancelarias que entorpecen y ralentizan las actividades productivas en la región, todo de cara a ofrecer soluciones prácticas.
Hoy, ante el plan de Estados Unidos anunciado luego que Biden llegara a la Casa Blanca, y cuando la vicepresidenta Harris asumió el reto de lograr soluciones para el tema regional, los empresarios privados dicen estar listos para trabajar de la mano con Estados Unidos, que en conjunto consideran el principal socio estratégico del Triángulo Norte.
Diferencias amigables entre actores económicos regionales
Desde Honduras el presidente del Consejo Hondureño de la Empresa Privada, COHEP, Juan Carlos Sikaffy, entidad que aglutina a 76 asociaciones de negocios con al menos 55 rubros de la economía en su mayoría pequeñas y medianas empresas hondureñas, dice que la voluntad de trabajar en conjunto entre cúpulas empresariales muestra el grado de madurez del sector productivo del Triángulo Norte.
Si a ello se suma el que la administración Biden los vea como aliados importantes para llevar adelante el plan regional, eso les pone en otra perspectiva, una que sin duda llevaría al sector productivo regional, que por diferentes circunstancias -entre estas políticas-, se ha visto rezagado en liderazgo.
“Con Estados Unidos compartimos los mismos principios, cero tolerancia a la corrupción, ser interlocutores válidos con el gobierno del presidente Biden y poder participar en la toma de decisiones” es una oportunidad que no puede desperdiciar el sector productivo de los tres países puntualiza Sikaffy a la Voz de América.
También desde Honduras, el empresario Luis Napoleón Larach, agrega que una de las líneas de trabajo que debería enfocar la propuesta para el Triángulo Norte es generar algunos tipos de conexión entre inversionistas externos con la región. Pues, a su criterio, los gobiernos tanto de Estados Unidos como de los países centroamericanos se mueven mucho con el letargo que la burocracia impone para los procesos, y que el sector privado en muchos casos resuelve de manera más ágil algunos procesos.
El gobierno de Estados Unidos incluiría en el presupuesto para el año fiscal 2022 los fondos de cooperación de 4,000 millones de dólares para destinarlos a Centroamérica en los próximos cuatro años. Los estamentos de poder en Washington han reiterado que cualquier desembolso y ejecución de fondos estarán sujetos a estrictas reglas de transparencia, gobernabilidad democrática y combate a la corrupción en Guatemala, Honduras y El Salvador.
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