El Departamento de Estado de Estados Unidos, dijo que sigue “preocupado por las presuntas irregularidades en el proceso electoral nicaragüense”, para los comicios presidenciales y legislativos del 6 de noviembre, en los que el presidente Daniel Ortega aspira a ser reelecto.
“En especial, observamos el fracaso del gobierno nicaragüense de acreditar algunas organizaciones domésticas confiables como observadores, dificultades enfrentadas por los votantes en la obtención de una identificación adecuada, y los pronunciamientos de las autoridades de Nicaragua de que candidatos electorales pueden ser eliminados después de las elecciones”, dijo Victoria Nuland, portavoz del departamento de Estado en un comunicado.
Las recientes encuestas muestran que Ortega, de 66 años de edad, encabeza los sondeos con un cómodo 48% de la intención de votos, contra un 30% de su rival más cercano, el empresario radial Fabio Gadea.
Según la ley nicaragüense, un candidato ganará la presidencia con mayoría relativa de al menos el 40% de los votos, o un mínimo de 35% con ventaja de cinco puntos o más sobre su inmediato seguidor. Habrá segunda vuelta si ninguno alcanza esos porcentajes.
Estados Unidos dijo que “recordando las disposiciones de la Carta Democrática Interamericana, el gobierno de Nicaragua debe asegurar las condiciones para unas elecciones libres y justas”, permitiendo que miembros de los partidos de oposición, de los medios de comunicación y toda la población “exprese su opinión libremente”.
El departamento de Estado llamó además al gobierno nicaragüense a permitir que grupos nacionales e internacionales de confianza “observen las elecciones”.
El gobierno de Nicaragua “también debe garantizar que la campaña y las elecciones estén libres de intimidación, violencia y el acoso a votantes nicaragüenses que deseen ejercer sus derechos humanos, incluido el derecho a votar en elecciones auténticas”, afirmó Estados Unidos.