Los republicanos parecen encaminados a ganar el control del Senado y mantener el de la Cámara de Representantes en las elecciones legislativas de la próxima semana, resultado que de confirmarse complicaría la agenda de los dos años finales del presidente Barack Obama.
Los republicanos tienen una ventaja de 11 puntos –52% contra 41%—sobre los demócratas cuando se pregunta a los votantes qué partido debería controlar el Congreso de EE.UU., según la encuesta elaborada por el diario Wall Street Journal, la cadena NBC News y el centro de políticas públicas Annenberg de la Universidad de Pensilvania.
La mayoría de los analistas dan a los republicanos entre el 65 y el 70% de posibilidades de ganar seis puestos en el Senado en las elecciones de medio período en la cual no participa el presidente Obama, pero donde es él el mayor lastre por su baja popularidad.
Además de los temas como el Obamacare o la reforma migratoria que pueden influenciar la elección, este año las crisis en Medio Oriente, Ucrania y más reciente la respuesta a la epidemia del ébola en Estados Unidos han causado un daño que puede resultar irreparable para antes de las elecciones del martes 4 de noviembre.
Las encuestas muestran reñidas competencias pero con tendencia a favor de los republicanos en estados como Colorado, Iowa, Kansas, Dakota del Sur y Georgia. Además, en estados como Luisiana, Arkansas y Alaska, actualmente en manos demócratas, podría haber más de una sorpresa republicana.
Un tercio del Senado y la totalidad de la Cámara de Representantes están en juego, pero en la Cámara Baja hay prácticamente cero posibilidades de que pierdan los republicanos.
Si bien una encuesta del Washington Post-ABC News dice que el 67% de los estadounidenses desaprueban el trabajo de los legisladores demócratas, la tasa de aprobación más baja en 20 años, siguen siendo más populares que los republicanos, que obtienen 72% de desaprobación en la misma encuesta.
Por otro lado, la elección coincide con el sexto año del período presidencial de Obama y la historia enseña que el partido que controla la Casa Blanca en ese momento siempre pierde considerable terreno en el Congreso.
