La mayor guerrilla activa de Colombia anunció el viernes que no se levantará de la mesa de diálogo con el Gobierno, con la que se busca acabar por completo con un conflicto interno de más de medio siglo, pese a que el cese al fuego bilateral acordado llegue a su fin el 9 de enero.
“La mesa de diálogos no puede ser interrumpida por el hecho de que el acuerdo sobre el cese del fuego culmine el 9 de enero, por el contrario debe fortalecerse desarrollando los puntos de la agenda pactada”, dijo el máximo comandante del ELN, Nicolás Rodríguez, más conocido como “Gabino”, en un video difundido por las redes sociales de esa guerrilla.
El grupo rebelde, que cuenta con unos 2.000 combatientes y que en sus comienzos fue integrado por sacerdotes católicos radicales, acusó a las Fuerzas Armadas de aprovechar la tregua bilateral para ocupar zonas con presencia guerrillera, sacar ventaja militar y lanzar una ofensiva contra la población civil dedicada a los cultivos de hoja de coca.
“La salida política al conflicto no puede cerrarse ante las dificultades presentadas y por el contrario debemos seguir buscando soluciones con mayor ahínco. El ELN no renuncia a la paz y en tal sentido no se levantará de la mesa”, precisó el líder rebelde.
De inmediato no se produjo ninguna reacción del gobierno ni de la oficina del alto comisionado para la paz sobre el anuncio del ELN, grupo considerado como una organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea.
El cese bilateral al fuego con el ELN comenzó el 1 de octubre y provocó una reducción de los combates y los ataques contra la infraestructura económica del país, aunque el grupo rebelde fue acusado de haberlo violado con el asesinato de un líder indígena y un ataque contra otro grupo armado ilegal.
El Gobierno de Colombia firmó un acuerdo de paz a finales del 2016 con las FARC que permitió que más de 11.000 integrantes de ese antiguo grupo rebelde -entre excombatientes, auxiliadores y presos- dejaran las armas y se reintegraran a la sociedad.
El ELN y otras bandas criminales siguen activas, lo que impide un cese completo en la confrontación que ha dejado más de 220.000 muertos y millones de desplazados.
Reuters