Las remesas hacia los países de ingresos bajos y medianos, entre los cuales podemos encontrar a América Latina, alcanzarán este año los 551 mil millones de dólares, un aumento del 4,7 por ciento con respecto a 2018, dicen cifras del Banco Mundial.
Según el reporte publicado en el blog del Banco Mundial, este total supera las ayudas oficiales y podría ser mayor que las inversiones extranjeras directas a los países de medios y bajos ingresos.
En 2019, América Latina y el Caribe registrarán el mayor crecimiento de las remesas en todo el mundo, un 7,8 por ciento, gracias a la continua fortaleza de la economía de Estados Unidos, señala el Banco Mundial.
México, junto a China, Filipinas, la India y Egipto, será uno de los principales receptores de este incremento de las remesas en 2019, y Haití se incluye entre los cinco primeros receptores entre los países de economías más pequeñas.
Esto no sucede igual en otras partes del mundo. El informe hace hincapié en que la fuerte economía y el bajo desempleo en Estados Unidos redundan en un floreciente mercado de remesas hacia América Latina y el Caribe.
En comparación, por ejemplo, los bajos precios del petróleo, la devaluación del rublo y un crecimiento económico menor han hecho disminuir las remesas desde Rusia hacia Asia central y los países de Europa del este.
Se proyecta que el total de estos flujos alcance los 597 mil millones de dólares en 2021.
Sin embargo, el Banco Mundial advierte que pudiera haber peligros en el camino para llegar a esa cifra. El principal es el sentimiento anti inmigratorio que prima en muchos de los países de donde salen las remesas, como Estados Unidos.
Incluso en los países dependientes de mano de obra migratoria, las políticas actuales tienden a desalentar el reclutamiento de trabajadores extranjeros para estimular la contratación de nacionales e imponer cargos u otras restricciones a las remesas al exterior.