Los estadounidenses están abrumadoramente intentando evitar los unos a los otros tanto les sea posible y tomando medidas adicionales para protegerse del coronavirus, según una encuesta realizada por la agencia Associated Press y el Centro para Asuntos Públicos, que muestra cómo las preocupaciones por el virus se han disparado durante las últimas seis semanas.
La encuesta encontró que los estadounidenses se están aislando cada vez más, lavándose las manos y evitando tocarse la cara. Una buena parte de la población está afrontando posibles despidos y recortes salariales y se están ajustando a que los niños estén recibiendo clases en casa en medio de la pandemia del coronavirus, que ha alterado la vida a los estadounidenses y ha afectado la economía nacional.
La encuesta de 1.057 adultos fue realizada del 26 al 19 de marzo. El margen de error es de más o menos 4,1 por ciento. Las personas fueron seleccionadas al azar usando muestras de zonas residenciales y luego fueron entrevistados en línea o por teléfono.
La mitad de los estadounidenses ahora dicen estar extremadamente o muy preocupados que ellos o un miembro de sus familias sea infectado por el virus. Eso contrasta con el 31 por ciento de los estadounidenses que dijeron lo mismo a mediados de marzo y 22 por ciento que dijeron eso en febrero. Otro 34 por ciento están “algo” preocupados, mientras 16 por ciento dijeron no estar preocupados.
El repunte en la preocupación se produce mientras el número de casos confirmados de coronavirus ha crecido a más de dos millones en todo el mundo y más de 577.000 en Estados Unidos, según la Universidad Johns Hopkins. Los esfuerzos por contener el brote incluye el cierre de las clases “en persona” para la mayoría de los estudiantes del país. Además ha dejado desempleados a más de 17 millones y mantiene al 90 por ciento de la población aislada en sus casas.
Hoy el 94 por ciento de los estadounidenses afirman que se mantienen alejados de aglomeraciones, un aumento del 68 por ciento respecto a mediados de marzo. Una abrumadora mayoría, el 86 por ciento, dice estar evitando a otras personas lo más posible.
La mayoría de los estados están ahora bajo órdenes gubernamentales de quedarse en casa, mientras en los restantes estados algunas órdenes han sido emitidas por una municipalidad o un condado. Pero no hay amplias diferencias en el compartamiento de las personas en base a su lugar de residencia, según la encuesta. Los estadounidenses en estados donde no habían órdenes de quedarse en casa antes del 26 de marzo dicen tanto como los que viven en estados que sí tienen esas órdenes estar evitando contacto con otros.
"Para mí era solo sentido común”, dijo Richard Walker, de 62 años y residente de San Agustín, Florida, quien dice que él y su familia empezaron a hacer cambios semanas antes que el gobernador Ron DeSantis emitió el miércoles pasado una orden de que todos permanecieran en casa.
Walker dijo que él y su esposa ya no cuidan una vez a la semana a su nieta de tres años y que su hija de 33 años es la que está haciendo las compras del supermercado. Para celebrar el cumpleaños de su hijo, la familia se reunió frente a su casa y manteniendo tres metros de distancia, le cantaron el Happy Birthday. La celebración continúó después por FaceTime, una aplicación de vídeos por teléfono celular. "Es todo lo que puedes hacer por ahora”, dijo Walker.
El cambio en comportamiento no está limitado a quedarse en casa o evitar grupos. El 92 por ciento de los estadounidenses dice que se lavan las manos más frecuentemente y el 70 por ciento está evitando tocarse la cara. La mitad, un 52 por ciento, reporta ahora estar almacenando alimentos extras, comparado con el 35 por ciento que sostiene que lo hace desde principios de marzo. Aún así, solo 16 por ciento dice que está consultando con un médico.
Diferencias partidarias
Se mantienen las diferencias partidarias sobre el brote y el manejo de la misma por el gobierno.
Según la encuesta, los republicanos están mucho menos preocupados que los demócratas por ellos mismos o un pariente que resulte infectado. Sólo el 35 por ciento están “extremadamente” o “muy” preocupados, comparados con el 61 por ciento de los demócratas que están altamente preocupados. Otros cuatro de cada 10 republicanos están “algo” preocupados y casi un 25 por ciento dijo no estar preocupados.
Aún así, la porción de republicanos que dicen estar “muy” preocupados ha crecido del 21 por ciento, según una encuesta similar a mediados de marzo.
El cierre de colegios y jardines infantiles ha creado preocupación. Entre los padres con niños en escuelas o jardines infantiles, casi todos, el 96 por ciento, dijeron que han sido cerrados. Una tercera parte de ellos dicen estar “extremadamente” o “muy” preocupados sobre sus hijos quedándose rezagados académicamente, con otra tercera parte “un tanto” preocupados.
El cierre de negocios y la incertidumbre por la economía global han impactado a muchos trabajadores estadounidenses. Entre los que tenían empleo antes del brote, 23 por ciento dicen que ellos o un familiar ha sido despedido, 38 por ciento que reciben menos horas de trabajo, 27 recibieron días libres sin goce de salario y un 26 por ciento vio sus salarios reducidos.
En resumen, casi la mitad de los trabajadores han experimentado alguna pérdida de ingresos familiares. Aquellos con ingresos más bajos y sin educación universitaria son los más propensos a decir que han sufrido por despidos.
(Información de AP)