Las tropas serbias cerca de la frontera de Kosovo se pusieron en alerta máxima este viernes, luego de que los enfrentamientos entre la policía y la población serbia de esa nación, que se independizó en 2008, causaron heridas en al menos 10 personas.
Los serbios de Kosovo habían salido a las calles para impedir que los alcaldes albaneses recién elegidos entraran en sus oficinas.
Los enfrentamientos estallaron cuando la policía de Kosovo intentó mover a los manifestantes para permitir que los políticos entraran a sus oficinas.
Las autoridades dicen que al menos cinco policías resultaron heridos en las escaramuzas del viernes y varios automóviles fueron incendiados.
Gran Bretaña, Francia, Italia, Alemania y Estados Unidos emitieron una declaración conjunta instando a Kosovo a “reducir la tensión”.
Las potencias occidentales se dijeron “preocupadas por la decisión de Serbia de elevar el nivel de preparación de sus fuerzas armadas en la frontera con Kosovo”.
El presidente serbio, Aleksandar Vucic, dijo el viernes: “preservaremos la paz, pero les digo que Serbia no se quedará de brazos cruzados en el momento en que los serbios en el norte de Kosovo sean atacados”.
Las elecciones municipales del mes pasado fueron mayormente ignoradas por los serbios de Kosovo. Ese movimiento permitió a los albaneses ganar cargos.
Los políticos serbios de varios municipios de mayoría serbia abandonaron sus cargos el año pasado después de que los funcionarios kosovares les impidieran establecer una organización para coordinar sus enfoques sobre las preocupaciones socioeconómicas.
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