Con geometría, álgebra y teoremas, la Dra. Alicia Dickenstein analiza reacciones bioquímicas, estructuras y comportamientos celulares. Sus contribuciones a las matemáticas la hicieron merecedora del “Premio Lóréal-UNESCO Por las Mujeres en la Ciencia”.
“Hay que descartar ese preconcepto de: yo no nací para las matemáticas, o no soy bueno para las matemáticas, no es una cuestión genética es algo que se adquiere y la matemática básica está cableada en nuestro cerebro de la misma manera que la facultad que tenemos los seres humanos de hablar, o sea la matemática básica la hacemos porque somos seres humanos”, explicó Dickenstein a la Voz de América.
Según los organizadores, sus investigaciones edificaron vínculos con la física y la química y ayudaron a entender conductas precisas de las moléculas y las células a una escala microscópica.
“Nuestro cerebro está dentro del universo y está construido con las mismas leyes que el universo, nuestro cerebro es igual que los planetas y que todo lo que está alrededor”, ilustra la experta.
La profesora tuvo que adaptarse a los desafíos que ha tenido la pandemia en el sistema educativo, no obstante, decidió concentrarse en las ventajas.
“Un material enorme disponible de manera gratuita, que tiene cosas muy entretenidas con la matemática es un recurso que ahora los docentes tienen para atraer a los alumnos”, señala a la VOA.
Buscando visibilidad
Datos de la UNESCO revelan que el 33% de las personas que se dedican a la investigación son mujeres.
Alexandra Palt, Directora General de la Fundación L’Oréal, al ser citada por la UNESCO señaló: “La invisibilidad de las mujeres en la ciencia sigue siendo demasiado importante. Hasta ahora, menos del 4% de los premios Nobel de ciencias se han concedido a mujeres y el techo de cristal aún persiste en la investigación”.
El programa L’Oréal-UNESCO “La Mujer y la Ciencia”, explica la organización en su sitio web, busca impulsar las carreras de las mujeres científicas y luchar contra los obstáculos que encuentran.
El importante programa ha apoyado a más de 3.600 investigadoras de 117 países, revela la UNESCO.
Dickenstein mantiene la idea de que hay que eliminar las inequidades que están en la base de la sociedad. “Una creencia general de que no es femenino o que las mujeres podemos menos. El trabajo que nos queda es desarmar estas cosas más sutiles”, dijo.
Cinco de las mujeres que han ganado este galardón, en años posteriores recibieron el Premio Nobel.
“A mí me alegra mucho porque hace visible la matemática en general en todo el mundo y porque hace visible que también es una carrera que las chicas pueden elegir. Espero que el efecto sea muy bueno, no sólo por la alegría personal que me genera”, afirma.