A casi diez días de las elecciones nacionales en Uruguay, el candidato a presidencia del Partido Nacional, Luis Alberto Lacalle, habló en una entrevista con la Voz de América sobre sus propuestas de gobierno y las negociaciones que tendría que establecer con un Parlamento de mayoría frenteamplista en el caso de que resulte ganador.
En materia de política exterior, Lacalle defendió la idea de establecer acuerdos que prioricen los intereses nacionales sobre las alianzas ideológicas. Dijo que no se siente identificado ni con un gobierno ni con un líder dentro de América Latina, pues “Uruguay tiene que tomar su propia personalidad”.
Con respecto al Mercosur, dijo que en el caso de ser electo presidente aplicaría una política más “firme” para que se cumplan los laudos a favor de Uruguay que dictó el Tribunal Arbitral del Mercosur. También se opone a los organismos supranacionales dentro del bloque.
En la relación bilateral con Estados Unidos, dijo que volvería a impulsar un Tratado de Libre Comercio y criticó al Frente Amplio por dejar pasar lo que según él fue “una oportunidad”.
En Uruguay dicen que esta campaña electoral fue su “resurrección política” porque se lo había dado por “muerto” en este sentido. ¿Qué lo motivó a buscar una segunda presidencia?
Es una vocación de servir, de llevar adelante las ideas no sólo de mi partido, al que he servido toda la vida, sino las que creo que son mejores para mi país. Cuando uno tiene ideas y se dedica a esto toda la vida nunca se retira del todo. La gente me sacó de lo que usted llama “la tumba” para nombrarme candidato presidencial con su voto, y yo estoy cumpliendo la última etapa de ese proceso, esperando que el 29 la gente responda a nuestro llamado.
¿Cuál es la diferencia entre el Lacalle de hoy el que fue presidente entre 1990 y 1995?
Son 20 años, no es poco, basta mirarme para ver que 20 años de vida política agregan un poquito más de conocimiento, de sabiduría, y seguramente de mucha humildad. Uno aprende que no puede hacer todo. Yo soy lo mismo en cuanto a los valores que uno defiende, y soy distinto en cuanto a las respuestas, porque el país de hoy no es el de hace 20 años, el mundo tampoco.
¿Qué errores considera que cometió durante su gestión que no volvería a repetir?
Algunas reformas muy radicales, importantes, revolucionarias que planteamos no fueron suficientemente explicadas, no se preparó a la opinión pública antes de plantearlas y por eso me parece que muchas fueron rechazadas sin ser analizadas profundamente, como la reforma de las empresas públicas.
Cuando le preguntan si usted está más alineado a la derecha prefiere decir que no es ni de derecha ni de izquierda, pese a que se lo identifica como un candidato de centro-derecha. ¿Por qué prefiere que no se lo califique de esa manera?
Me parece tan antigua esa distinción. Yo pregunto: ¿Bajar la inflación, construir 53.000 viviendas, hacer dos hospitales nuevos, duplicar el presupuesto de la educación es de derecha o de izquierda? Eso lo hicimos durante nuestro gobierno. Me parece que es una especie de complejo de querer estar colocado en el lugar políticamente correcto más que por una definición. No soy ni de derecha, de centro-derecha, o de izquierda, pertenezco al Partido Nacional.
¿Cuáles son los pilares de su programa de gobierno?
Lo que ofrecemos a la gente es mayor seguridad, en primer lugar. El déficit mayor de este gobierno es la inseguridad, no tuvo la actitud de ejercer la autoridad. Por eso ofrecemos mayor firmeza en la defensa de los derechos de la gente, de la propiedad y de la integridad física bajando edad de imputabilidad a los menores y creando un instituto de reforma de estos menores delincuentes, teniendo en cuenta que tienen que ser responsabilizados.
Luego, creer que el país tiene que salir adelante con inversión y mayor empleo, por eso nuestra reciente propuesta de eliminar el impuesto a los sueldos y a las jubilaciones, que es muy fuerte en el país.
Finalmente, una mejora del sistema educativo público. Uruguay se caracterizó por dar oportunidades a todos a través de un sistema público que era tan bueno que era incluso mejor que el sistema privado. Hoy eso lamentablemente no es así, y creemos que mejorar el sistema educativo es fundamental para que tengan oportunidades.
Con respecto al impuesto a la renta, fue una medida en la que incluso participó y apoyó el Banco Mundial, ¿por qué propone derogarlo?
No es un impuesto a la renta. En todo el mundo el impuesto a la renta permite deducir gastos, acá es un impuesto a los sueldos sin deducciones. Se le quita a lo que ingresa. No se pueden deducir costos médicos, las cuotas de compra de una casa, o cuando se paga la enseñanza privada. Hemos ideado una manera de sustituir esos recursos por otros y eliminar este impuesto al trabajo.
¿No sería un mejor camino modificarlo de forma que sea un impuesto a la renta?
Estamos preparados para negociar con el Parlamento, que tiene mayoría del Frente Amplio. Ofrecimos ideas pero antes de leerlas fueron rechazadas por el Frente Amplio en una actitud que no me parece inteligente.
¿Cómo es la relación con su contrincante, José Mujica?
Hablé una sola vez con el senador Mujica pero hablaré todas las veces que sea necesario si soy presidente porque es lo que corresponde. Es una persona votada por más de un millón de personas y lo tengo que respetar como representante.
¿Si llega al gobierno cómo cree que van a ser las negociaciones con un Parlamento de mayoría frenteamplista?
Estamos dispuestos a negociar y creemos en la teoría del equilibrio, si ellos tienen mayoría en el Parlamento conviene dejar el Poder Ejecutivo en manos de la fórmula Lacalle-Larrañaga para que haya un equilibrio. Pero también depende de ellos, si se cierran a no negociar demostrarán que son de un pensamiento hasta un poco totalitario.
“No me identifico con nadie dentro de la región”
En América Latina, ¿cuál es el modelo de gobierno con el que más se identificaría el Partido Nacional?
Con ninguno. Un país tiene que tomar su personalidad. Me parece patético eso de decir que vamos a parecernos a Chávez, a Uribe, a quien sea, porque somos un país distinto, con intereses propios y no nos vemos reflejados en la imagen de nadie.
Más allá de que siga o no un modelo de gobierno, ¿hay algún líder de la región que admire?
No. Considero y respeto a todos los que son electos democráticamente y ejercen democráticamente, pero no me identifico con nadie, no lo necesito. Tengo en el país suficientes héroes civiles como para poder tener aquí ejemplos y no fuera del país.
En su programa de gobierno dice que aplicará una política exterior apoyada en acuerdos que defiendan los intereses nacionales en lugar de defender simpatías ideológicas con gobiernos extranjeros. ¿Usted cree que eso hizo este gobierno?
Creo que el error de este gobierno fue buscar – porque tiene o tendría identidades ideológicas con el señor Chávez, Evo morales, Lugo, o con otro – dirigir la política exterior por medio de afinidades ideológicas. Eso es contrario a lo que haríamos nosotros, los países tienen intereses y los del Uruguay no son iguales a ningún otro país.
¿Cómo sería la relación con Hugo Chávez, por ejemplo, en un gobierno del Partido Nacional?
Mientras Chávez no se meta en nuestra vida interna, como lo hizo respecto a las elecciones, es un cliente al que le queremos vender todo lo que podamos.
Con respecto al Mercosur, en el programa de gobierno hablan de evitar los organismos supranacionales. ¿Por qué es contrario a esto?
Soy uno de los que creó el Mercosur, y fue pensado como una entidad para fomentar el comercio y mejorar la economía. Nada tiene que hacer un Parlamento ni un socio político, es una organización económica y comercial.
¿Cómo evalúa el posible ingreso de Venezuela al Mercosur?
Me parece un error, pero estaremos a lo que resuelvan los países. Primero está muy lejos geográficamente. El Mercosur se formó alrededor de grandes ríos, es más natural que entre Bolivia como miembro pleno. Además, con Venezuela se hizo algo particular con el gobierno de mi país, que es que se hizo ingresar sin negociar los términos comerciales. A Venezuela la quiero como cliente comercial como a China, Estados Unidos, Francia, Argentina. Me importa que los trabajadores del Uruguay tengan más trabajos por exportaciones a más países.
En los primeros días de diciembre se realiza en Uruguay la cumbre de presidentes del bloque. ¿Cuáles cree que son los temas de agenda más urgentes a tratar?
Creo que Uruguay tiene que plantear el hecho de que no se cumplen los laudos a favor de Uruguay que dictó el Tribunal Arbitral del Mercosur. Hace tres años que Argentina tendría que haber cumplido y habilitado las importaciones de productos uruguayos y no los cumple. Uruguay debe defender sus intereses ante los socios mayores con una política exterior firme.
¿Cómo cree que sería en un eventual gobierno del Partido Nacional la relación con Estados Unidos?
Muy buena. Es un país al que admiro. Fue una pena de perder la oportunidad del Tratado de Libre Comercio, una oportunidad que trataríamos de resucitarla. Estados Unidos es una de las economías más grandes del mundo y queremos venderle todo lo que podamos. En su momento no prosperó por luchas internas del Frente Amplio, la oposición del comunismo y de sectores radicales que llevan al senador Mujica como candidato a presidente.
¿Cree que fue una resistencia política o estaban esperando una mejor versión del tratado?
Creo que fue por motivos ideológicos de mucha gente conservadora dentro de la izquierda uruguaya.