Escuche la entrevista realizada por el periodista Alejandro Escalona al embajador de Chile en Estados Unidos, Arturo Fermandois, sobre el futuro de los mineros chilenos rescatados, y sus planes de traer a los 33 hombres a Washington.
Lea además la entrevista exclusiva que voanoticias.com le realizó a Fermandois minutos antes de que se iniciaran los trabajos de rescate a los 33 mineros atrapados en la mina San José, el pasado martes 12 de octubre de 2010.
¿Qué se siente en estos momentos de emoción?
Una confusión de sentimientos, pero el más importante de todos es un sentimiento positivo, de felicidad. Por supuesto de cierta tensión y cierta impaciencia, pero esta es una historia que estamos convencidos de que va a terminar bien; con un final feliz.
Satisfacción por lo que ha hecho el pueblo chileno, lo que ha hecho su gobierno, lo que ha hecho la gente... Lo que hicieron los propios mineros a 700 metros de profundidad casi sin aire, sin luz, casi sin comida. 18 días completamente separados del mundo y cómo fueron capaces de resistir, de organizarse, de salir con coraje adelante.
Un momento muy especial...
Un pueblo y un gobierno capaces de sobreponer todas las dificultades técnicas inmensas que tenía este rescate único en la historia de la minería. Nosotros en Estados Unidos estamos muy contentos porque este es un país que nos ayudó, con mucha solidaridad, muchos consejos y también tecnología, si bien los ingenieros han sido chilenos. Pero esa tecnología fue la que permitió reducir mucho el tiempo de rescate, que pensábamos originalmente que iban a ser cuatro meses y han terminado siendo menos de dos.
¿Cómo ha reaccionado la comunidad chilena en Estados Unidos?
Increíblemente unida, increíblemente participativa y sensitiva. La comunidad chilena en Estados Unidos ha sido tocada por esta historia, y han aflorado los mejores de los sentimientos; del trabajo, de la esperanza, de la solidaridad. El sentimiento del orgullo de ser chileno.
Es un país que está avanzando muy bien, que está alcanzando niveles de desarrollo y creemos que esta historia refleja muchas de esas condiciones que han permitido a un país lejano y bastante aislado, transformarse en un lugar para vivir y para crecer y para educarse.
¿Cómo se ha vivido?
Creemos que una historia que fue de angustia y de tristeza y de temor, hoy día es una historia que puede ser de orgullo y de felicidad.
¿Qué diría de la respuesta internacional?
Una solidad inmensa, la capacidad de todo el mundo para identificarse con lo que ha pasado con nuestros compatriotas. La reacción del mundo ha sido realmente insospechada, por lo solidaria, por lo calurosa y por lo intensa. Por lo tanto, ha colocado a Chile en un lugar preferente en la opinión pública, y nosotros estamos muy contentos, porque lo que tenemos que ofrecer es lo que somos. Estas condiciones, estos atributos que los mineros han puesto en juego son los que nos han permitido avanzar y transformarnos en un país que avanza fuerte hacia el desarrollo.
¿Cómo se ha coordinado con Estados Unidos y con la NASA?
Hay una cooperación muy estrecha, somos dos países distintos, soberanos, pero hay una gran confluencia de valores comunes: la democracia, la libertad, el respeto a los derechos humanos, una economía abierta. Nos dirigimos a esa agencia que es la que mejor conocimiento tiene sobre la vida en condiciones extremas, que es la NASA. Mi labor fue asegurar el papel institucional de esa agencia, que envió inmediata y generosamente un equipo técnico de médicos, de psicólogos, que han sido cruciales para mantener mentalmente muy sanos a nuestros mineros.
¿Qué cree que va a salir de esa cueva, además de los mineros?
Que salgan varias lecciones. El Estado de Chile va a hacer una reflexión sobre las condiciones de la minería pequeña, donde están los mineros pobres, probablemente, donde hay mucho que mejorar. Una segunda reflexión es que, cuando se trabaja unidos, y con fe en el futuro, y cuando se trabaja duro para poner soluciones técnicas, y cuando el país se une, todos sus sectores, grandes chicos, de izquierdas, de derechas... Se pueden lograr objetivos impensables, como rescatar a todos nuestros mineros vivos en un plazo récord. Esa es la gran lección, una lección de humanidad que va quedando por dentro.
