Un enviado estadounidense que lideraba una coalición global para combatir a Estado Islámico renunció luego de la decisión del presidente Donald Trump esta semana de retirar a sus tropas de Siria, dijo el sábado una fuente familiarizada con el asunto.
El enviado presidencial especial para la coalición global para derrotar a Estado Islámico, Brett McGurk, presentó su renuncia, efectiva a partir del 31 de diciembre, al secretario de Estado, Mike Pompeo, el viernes, aseguró un funcionario del Departamento de Estado.
Trump anunció el miércoles que Washington retirará a los cerca de 2.000 soldados que tiene en Siria, dando un giro a un pilar de la política estadounidense en Oriente Medio e inquietando a aliados.
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La decisión fue seguida el jueves por la sorpresiva renuncia del secretario de Defensa de Estados Unidos, Jim Mattis, quien en su carta de renuncia dejó clara la creciente división entre ambos respecto a política exterior.
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McGurk, que tenía programado salir del cargo en febrero de 2019, objeta la decisión de Trump de retirarse rápidamente de Siria, declaró una persona familiarizada con el asunto, y la salida de Mattis "tuvo un impacto significativo" en la renuncia anticipada de McGurk.
Un alto funcionario gubernamental se refirió a McGurk como "un arquitecto del fallido acuerdo con Irán de Obama" y agregó que el enviado ya tenía contemplado salir del cargo el próximo año. Este año, Trump abandonó el histórico acuerdo de 2015 que alcanzó el expresidente Barack Obama con Irán para limitar su programa nuclear.
McGurk fue designado por Obama en 2015 y ha sido crucial para dar forma a la política de Washington en el norte de Siria, particularmente su respaldo a las Fuerzas Democráticas Sirias, una alianza de milicias kurdas y árabes que han combatido a Estado Islámico con el respaldo estadounidense por tres años.
Las fuerzas aliadas de Estados Unidos han logrado victorias significativas contra el grupo yihadista suní en el norte de Siria, con la recuperación de ciudades como Raqqa, considerada una vez como la capital de su autodeclarado califato.
Sin embargo, McGurk, junto a otras agencias del Gobierno estadounidense, creen que el combate contra el grupo militante no ha terminado.
"Sería imprudente si dijéramos, 'bueno, el califato físico está derrotado, de modo que ya podemos irnos'", dijo McGurk a periodistas en una conferencia de prensa el 11 de diciembre en el Departamento de Estado. "Nadie está declarando una misión cumplida", remarcó.
En contraste, Trump declaró la victoria contra Estado Islámico y considera que la misión en Siria terminó, considerando las pérdidas territoriales del grupo.
La declaración de triunfo de Trump ha inquietado a aliados clave en la OTAN, como Francia y Alemania, que dijeron que un cambio de curso en Siria arriesga a debilitar la lucha contra Estado Islámico, que ahora está reducido a un pequeño territorio en Siria.