En diferentes zonas de Venezuela, el agua tiene un aspecto amarillo o marrón. La organización no gubernamental Monitor Ciudad atribuye este fenómeno a que, durante las semanas en que no se cuenta con el servicio, las tuberías se llenan de contaminantes. Y mientras están sin agua en sus residencias, los venezolanos suelen recogerla al pie de montañas y quebradas, donde la pureza tampoco está garantizada, revela un estudio de esta oenegé, como nos informa Adriana Núñez Rabascall.