Pese a que los republicanos y los demócratas coinciden en que Estados Unidos debe ayudar al pueblo cubano y apoyan la causa de las protestas iniciadas el pasado 11 de julio, lo cierto es que discrepan ampliamente en la forma en que ello debe lograrse. La Casa Blanca evalúa una serie de medidas que van desde cambios en el envío de remesas, como el envío de personal a la embajada en la isla, hasta sanciones contra funcionarios acusados de reprimir a los manifestantes. Al mismo tiempo, el gobierno del presidente Miguel Díaz-Canel insiste en que las manifestaciones están orquestadas por Estados Unidos, que mantiene desde hace 62 años un embargo sobre la isla. Analizan el embajador Jaime Aparicio y el experto Robert Valencia. Presenta Gonzalo Abarca, de la Voz de América.