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Esa pelota viene envenenada


Jabulani, la pelota del Mundial, desvela a muchos de los jugadores, sobre todo a los arqueros.
Jabulani, la pelota del Mundial, desvela a muchos de los jugadores, sobre todo a los arqueros.

Jabulani, que en la lengua Zulú significa Celebración, es el nombre de la cuestionada pelota con la que se jugará el Mundial.

Alguien ya lo debe haber hecho. Así que si me ayudan, seguro que vamos a encontrar un diccionario futbolero latinoamericano por alguna parte.

Claro que además de la definición de palabras que sólo un futbolero que se precie utilizaría, la obra prima de la literatura del fútbol, debería incluir además, la explicación para ciertas frases.

Porque el futbolero es un creativo, un poeta, es alguien que vive su vida en función del deporte rey y por tanto, la catarsis de todos sus problemas y desdichas, pasan por su expresividad en el campo, en las gradas, frente a la televisión o pegado a la radio.

Los rioplatenses bien puede sentir orgullo de haber tenido a un genio, un maestro que supo interpretar como nadie ese lenguaje y llevarlo desde el campo de futbol, desde el más humilde del barrio, donde los arcos muchas veces son apenas dos piedras, pasando por los legendarios, aquellos donde se vivieron gestas históricas, como el Azteca, el Monumental de Nuñez, o el Maracaná, hasta las páginas de diarios y revistas: “El Negro” Roberto Fontanarrosa.

Creador de innumerables e inolvidables personajes, “El Negro” asumía otra dimensión cuando llegaban las Copas del Mundo.

Recordándolo, no pude evitar una sonrisa al leer todos los comentarios que han surgido acerca de la buena de Jabulani, la pelota del Mundial, la misma que le quita el sueño a muchos de los jugadores, sobre todo a los arqueros.

El más infeliz respecto de nuestra querida Jabulani, que en lengua Zulú significa celebración, es el arquero brasileño Julio César, campeón de la Copa del Europa con el Inter de Milan, que la definió como “horrible” y como “una de esas pelotas que uno compra en el supermercado”.

Luis Fabiano, el delantero brasileño del Sevilla de España, la calificó de “sobrenatural” y el volante Julio Batista, de la Roma de Italia y eterno relevo del nunca relevado Kaká en Brasil, agregó “es muy mala”.

Jabulani por su parte, ni se inmuta.

Los fanáticos ya se enamoraron de su diseño modernista y su nombre exótico, y ella se prepara para ser la estrella de los partidos del Mundial.

Liviana, más rápida, como diría el hincha y como “El Negro” Fontanarrosa seguramente escribiría, “esa pelota viene envenenada”.

Por mi parte, mientras sigo a la espera de recomendaciones sobre diccionarios del fútbol, me preparo para escuchar sobre la revancha de la buena y fiel Jabulani, sobre todo si Julio César “se come” algún gol por “hacer vista”. O si Luis Fabiano “la tira para las chapas”. O si a Julio Batista, cómodamente sentado en la silla más confortable del banco de suplentes de Brasil, le gritan: “no te vistas que no vas”.

En fin, los futboleros, sabrán de lo que hablo y seguramente tendrán otros miles de frases de cada país y cada región de Latinoamérica, que nos ilustrarán aún más sobre la “poesía del fútbol”.

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