Los seis millones de judíos en Estados Unidos han estado políticamente divididos desde hace mucho tiempo sobre qué es lo mejor para la seguridad de Israel.
Ahora, los de la izquierda ponen su fe en que el mundo árabe vivirá un despertar democrático, mientras que los de la derecha miran con recelo los acontecimientos en esa región.
Los sucesos que sacuden al mundo árabe fueron debatidos por dos grandes organizaciones judías. También se discutieron en un encuentro entre presidentes de organizaciones judías y el presidente Barack Obama.
El primer encuentro en el que se tocó el tema fue la reunión anual de J-Street, un grupo judío de izquierdas, que atrajo a miles de participantes.
Aunque J-Street centra mucha de su energía en oponerse a las políticas de los asentamientos israelíes, muchas personas que asistieron este año al encuentro también elogiaron los levantamientos pro democráticos en los países árabes.
La rabina Lynn Gottlieb dijo que lloró cuando vio a los egipcios celebrando la renuncia del ex presidente Hosni Mubarak. “¡Yay, libertad!”, dijo que gritó con emoción.
Gottlieb se describe como una activista que se solidariza con Palestina. El año pasado se enfrentó a las fuerzas de seguridad egipcias, cuando participó en una marcha por la libertad de Gaza en la plaza Tahrir.
En los últimos años, se han disparado las solicitudes de membresía a J-Street, por lo que este grupo se ha convertido en una voz influyente en el debate sobre Israel. Pero aún sigue siendo relativamente pequeño.
La Conferencia de Presidentes de las Principales Organizaciones Judías Estadounidenses, en tanto, es mucho más grande: representa a 50 de los grupos más grandes. La conferencia se reunió esta semana en Washington y sus miembros contaron cómo fue la reunión privada que tuvieron con el presidente Obama en la Casa Blanca.
Muchos líderes judíos estadounidenses dijeron que inicialmente veían a Mubarak como un baluarte para la paz. Pero Kenneth Bialkin, de la Liga de la Amistad Estados Unidos-Israel, dijo que ahora se sienten tranquilos de que los manifestantes egipcios no hicieron hincapié en el extremismo religioso y, en gran parte, no expresaron su odio hacia Israel durante la revolución.
“Lo que estamos analizando”, dijo, “es si en Egipto y en otros lugares, las personas harán hincapié en sus demandas por mejorar y occidentalizar su sociedad, difundir las bases para una democracia participativa, o si se configurará un escenario propicio para que ocurra algo similar a lo de Irán”.
La revolución iraní de 1979 creó una teocracia islámica que ha amenazado con destruir a Israel. Muchos judíos están preocupados por Egipto, ya que el tratado de paz que firmó con Israel el mismo año de la revolución iraní es visto como fundamental para la estabilidad regional.
Pero Morton Klein, presidente de la Organización Sionista de América, dijo que a pesar del tratado de paz, el odio hacia Israel y hacia los judíos es fuerte en Egipto. Y sostiene que Egipto no está preparado para la democracia y los extremistas podrían llegar al poder.
“Si tienes una cultura muy hostil, las elecciones sólo elegirán a gente mala”, dijo, señalando como ejemplo que el grupo militante Hamas ganó las elecciones en Gaza.
A pesar de que los militares egipcios aseguraron que cumplirán con el tratado de paz con Israel, Klein dijo que Estados Unidos debería amenazar con cortar su ayuda, e Israel debería amenazar con reconquistar la península de Sinaí, para evitar que un futuro gobierno civil en Egipto rompa el acuerdo.