Durante su ofensiva en el norte de Siria, los militantes del grupo Estado islámico secuestraron en junio a más de 150 estudiantes, en su mayoría kurdos, de la ciudad de Kobani. El grupo liberó a la mayoría de ellos varios meses después pero ha retenido a unos 20.
Uno de los liberados, Azad, de 16 años, ahora vive en Turquía. Su familia huyó luego de que él fuera secuestrado en ese grupo.
“Teníamos miedo. Tenían largas barbas. Nos dijeron ‘Los vamos a ejecutar, infieles’. Nos pidieron que oráramos y que hiciéramos abluciones [una purificación ritual de algunas partes del cuerpo]. Algunos de nosotros no sabíamos cómo. Los golpearon y les dijeron ‘¿Por qué no saben hacer las abluciones?’ Si se convierten en musulmanes y regresan a Kobani deben matar a sus padres porque son unos infieles”, recuerda Azad.
Su madre, Berivan, dijo que ella y otras madres rogaron la liberación de sus hijos.
“Fue difícil, tres meses de lágrimas y llantos. Tratamos de verlos (a los combatientes del EI). Fuimos sin los hombres. Pero nos dijeron que nos retiráramos. Dijeron que si no nos íbamos matarían a nuestros hijos. Lloramos y lloramos”, contó Berivan.
Los militantes dejaron ir a la mayoría de los muchachos luego de unas semanas luego de tratar de intercambiarlos por prisioneros del EI. Pero se quedaron con 20. Azad dice que todavía tiene pesadillas.
“Aun después de que nos mudamos a Turquía, sigo con miedo. Siempre voy a recordar a uno de ellos. Vino a eso de las 2:00 de la mañana. Tenia una barba larga. Nos dijo ‘Los voy a matar a todos’ y luego se fue”, narró.
Azad pasó sus exámenes en Aleppo. Quiere ser ingeniero en petróleo. Dice que espera continuar su educación en Kobani algún día.