Estados Unidos está acusando a cuatro soldados rusos de crímenes de guerra, con los fiscales describiendo como atroz el abuso de un ciudadano estadounidense tras la invasión rusa de Ucrania en febrero del año pasado.
Los cargos, los primeros presentados por Estados Unidos en virtud de su estatuto de crímenes de guerra de casi 30 años de antigüedad, incluyen conspiración para cometer crímenes de guerra, confinamiento ilegal, tortura y trato inhumano, tras la toma de la aldea de Mylove, en Jersón, región del sur de Ucrania en abril de 2022.
"Así como el mundo ha sido testigo de los horrores de la brutal invasión rusa de Ucrania, también lo ha hecho el Departamento de Justicia de Estados Unidos", dijo el miércoles el fiscal general Merrick Garland.
"El Departamento de Justicia y el pueblo estadounidense tienen una larga memoria", añadió. "No olvidaremos las atrocidades cometidas en Ucrania y nunca dejaremos de trabajar para llevar a los responsables ante la justicia".
Según la acusación de nueve páginas, entre los perpetradores se encuentran Suren Seiranovich Mkrtchyan y Dmitry Budnik, descritos como oficiales al mando de las Fuerzas Armadas rusas o de la llamada República Popular de Donetsk.
Otros dos soldados nombrados en la acusación –Valerii y Nazar– están identificados sólo por sus nombres de pila.
Garland y otros funcionarios estadounidenses dijeron el miércoles que la víctima era un no combatiente que vivía con su esposa ucraniana en Mylove cuando los cuatro rusos lo secuestraron en su casa.
Luego, supuestamente lo desnudaron, le ataron las manos a la espalda, le pusieron una pistola en la cabeza y lo golpearon antes de llevarlo a un complejo militar ruso improvisado.
La acusación afirma que la víctima fue llevada a una cárcel improvisada donde fue sometida a múltiples interrogatorios y "actos específicamente destinados a infligir dolor y sufrimiento físico y mental grave".
Además, la acusación alega que al menos uno de los soldados rusos agredió sexualmente a la víctima y que los rusos llevaron a cabo un simulacro de ejecución.
El secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, dijo el miércoles que los investigadores también se reunieron con miembros de la familia de la víctima y con múltiples testigos que pudieron confirmar que las fuerzas rusas ocuparon la aldea de Mylove y las áreas circundantes durante el tiempo que ocurrieron los presuntos crímenes de guerra.
"No podemos permitir que se ignoren crímenes tan horrendos. Hacerlo sólo aumentaría el riesgo de que se repitan", afirmó Mayorkas.
"Como deja claro el anuncio de hoy, cuando se violan los derechos humanos de un ciudadano estadounidense, su gobierno no escatimará esfuerzos ni recursos para llevar a los perpetradores ante la justicia", añadió.
La VOA se puso en contacto con la embajada rusa en Washington para solicitar comentarios sobre los cargos. Los funcionarios de la embajada aún no han respondido.
Mientras tanto, funcionarios estadounidenses indicaron que, si bien los cargos por crímenes de guerra anunciados el miércoles son los primeros, probablemente no serán los últimos.
"Deberían esperar más", dijo Garland a los periodistas. "No puedo entrar en demasiados detalles".
"Movieron el arma justo antes de apretar el gatillo y la bala pasó justo por su cabeza", dijo Garland. "Después del simulacro de ejecución, la víctima fue golpeada e interrogada nuevamente".
La víctima también fue obligada a realizar trabajos manuales, como cavar trincheras para las fuerzas rusas, hasta que finalmente fue liberada después de poco más de una semana de detención.
Los funcionarios estadounidenses dijeron que los cargos contra los cuatro soldados afiliados a Rusia surgen de una investigación que comenzó en agosto de 2022, cuando investigadores del Departamento de Justicia, el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional viajaron para reunirse con la víctima después de haber sido evacuada de Ucrania.
Dijeron que también se recopilaron pruebas en colaboración con funcionarios ucranianos.