El gobierno de presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, destacó el miércoles los esfuerzos de cooperación y las estrategias conjuntas con sus pares de Latinoamérica, durante un balance de los últimos cuatro años de gestión, dentro del que celebraron el impulso de proyecto “ambicioso” para consolidar su relación con los países de la región.
En ese sentido, el subsecretario de Estado para el Crecimiento Económico, Energía y Medio Ambiente de la Casa Blanca, José W. Fernández, resaltó la puesta en marcha de una estrategia económica con naciones de América Latina que combina desarrollo sostenible, cooperación tecnológica y fortalecimiento de cadenas de suministro.
Durante una conferencia de prensa virtual, Fernández presentó un informe con los logros alcanzados en la administración, destacando iniciativas que abarcan desde la conservación ambiental en El Salvador, hasta los incentivos financieros en Centroamérica.
“América Latina no sólo es nuestra vecina, es nuestra socia estratégica en el crecimiento global”, indicó Fernández, dejando claro que la región siempre ha ocupado un espacio prioritario de cara al futuro para el gobierno de Biden, que dejará su cargo el próximo enero, sucedido por el presidente electo Donald Trump.
América Latina: un socio estratégico clave
El alto funcionario estadounidense subrayó también la importancia de Latinoamérica como un área vital para la seguridad económica y nacional de Estados Unidos.
“América Latina ha sido fundamental para nuestra estrategia. Con lazos familiares y culturales únicos, hemos trabajado para fortalecer nuestras cadenas de suministro en sectores críticos como semiconductores, minerales esenciales y farmacéuticos. Creemos que esta relación no sólo ha mejorado, sino que está lista para avanzar aún más con la próxima administración”, señaló.
En su opinión, este enfoque ha permitido consolidar iniciativas clave en toda la región, desde la promoción de la sostenibilidad ambiental, hasta la creación de nuevas oportunidades económicas a través de alianzas estratégicas con países como Guatemala, El Salvador, Taiwán, República Dominicana y Ecuador.
Guatemala: una oportunidad para enfrentar problemas históricos
El subsecretario destacó los avances en Guatemala, uno de los países que ven como prioritarios para llevar a cabo esta estrategia regional. En ese sentido, recordó que en marzo de este año, se celebró el primer diálogo económico de alto nivel entre ambos países, involucrando a más de una docena de agencias estadounidenses y sus homólogos guatemaltecos.
"En el caso de Guatemala, vimos una oportunidad de enfrentarnos a los problemas que han impedido su prosperidad económica. Hemos cooperado en legislación de competencia, mejorado la infraestructura a través de asistencia técnica y trabajado en proyectos agrícolas como la mejora de semillas y suelos. Además, hemos explorado maneras innovadoras de canalizar las remesas hacia la construcción de infraestructura sostenible”, explicó Fernández.
El subsecretario Fernández también destacó el compromiso del gobierno guatemalteco de reducir la desigualdad, incorporar a las poblaciones indígenas y combatir la corrupción. Estas acciones, afirmó, son “fundamentales para abordar las causas estructurales de la migración forzada”.
Semiconductores y el rol de Taiwán
En el ámbito de la tecnología, Fernández subrayó la importancia de Taiwán como un aliado estratégico en la producción de semiconductores, un sector vital para la economía global. “Taiwán es el principal productor mundial y un aliado estratégico. A través de la ley CHIPS, hemos destinado más de 50.000 millones de dólares para fortalecer la industria en EEUU, generando 25.000 empleos. América Latina también tiene un rol crítico: Costa Rica, Panamá, República Dominicana y México son socios clave en la diversificación de las cadenas de suministro”, destacó.
En esa línea, el funcionario explicó cómo esta estrategia no solo refuerza la seguridad económica de Estados Unidos, sino que también crea “oportunidades significativas” para los países de la región que participan en este esfuerzo global.
Conservación y sostenibilidad en El Salvador
Por otro lado, también se refirió al acuerdo alcanzado con el gobierno de El Salvador para la conservación del río Lempa. Un pacto que, según él, combina la reducción de deuda con compromisos ambientales y se presenta como un modelo de sostenibilidad financiera y ecológica que puede servir para otros casos.
"El Salvador se ha comprometido a destinar ahorros de la reducción de deuda a proyectos de preservación ambiental. Este balance entre desarrollo económico y protección del medio ambiente es esencial para un futuro sostenible”, afirmó Fernández.
Sin embargo, también señaló los desafíos que enfrenta el país, incluyendo la reapertura de la minería metálica, una actividad que podría tener impactos negativos significativos en el medio ambiente y las comunidades locales si no se realiza bajo estándares estrictos.
República Dominicana y Ecuador: ejemplos de cooperación efectiva
En cuanto a República Dominicana, Fernández se refirió a la colaboración en la industria de equipo médico y la organización de la última reunión del Diálogo de las Américas sobre Economía y Salud (Economic and Health Dialogue of the Americas, en inglés), que reunió a 18 países para reforzar los sistemas de salud en la región. Sobre eso, señaló el potencial del tratado de cielos abiertos, con el que se espera reducir costos de transporte aéreo y fomentar mayores conexiones entre ambos países.
Sobre Ecuador, Fernández resaltó el canje de deuda más grande liderado por la Corporación Financiera de Desarrollo Internacional de EEUU (DFC, por sus siglas en inglés), que permitió al gobierno ecuatoriano destinar recursos a estándares ambientales. “Estamos trabajando estrechamente con Ecuador en temas de seguridad, cadenas de suministro y generación de empleo. Es un país con el cual hemos construido una relación sólida”, aseguró.
Una visión compartida para el futuro
En su cierre, Fernández reflexionó sobre los avances alcanzados y los desafíos que aún persisten. “Nuestra administración ha trabajado bajo la filosofía de que la seguridad económica y la seguridad nacional están intrínsecamente vinculadas. América Latina, como región vecina y aliada, ha sido un socio crucial en temas como energía limpia, cadenas de suministro y cohesión económica frente a potencias como China”, concluyó.
Con todo, remarcó que América Latina es un socio indispensable en la estrategia global de Estados Unidos. Con la mirada puesta en el futuro, la región sigue siendo un actor clave para enfrentar los desafíos del desarrollo sostenible y la estabilidad económica global.
Los planes de Trump
El equipo del presidente electo Donald Trump está planeando una estrategia firme dirigida a Latinoamérica, la cual será clave en la implementación de sus políticas de deportación masiva de migrantes, según confirmaron dos fuentes involucradas en las discusiones de transición.
Este enfoque busca frenar el flujo migratorio y facilitar el retorno de personas indocumentadas desde Estados Unidos. Lograrlo dependerá, en gran medida, de la diplomacia, que en el pasado ha enfrentado dificultades en contextos de relaciones tensas con algunos países de la región.
Las fuentes aseguran que esta vez cuentan con una preparación más sólida y una estrategia que incluye medidas contundentes, así como posibles sanciones para aquellos países que no colaboren.
"Cada herramienta está en nuestro arsenal. Hay un flujo constante de creatividad", señaló un portavoz de Trump en un encuentro reciente con representantes de los medios de comunicación, destacando la flexibilidad del plan.
La estrategia contempla fortalecer la cooperación con México, retomando acuerdos que limitan las solicitudes de asilo en Estados Unidos para migrantes que atraviesen ciertos territorios, y reforzar el trabajo conjunto con Panamá para controlar el tránsito a través del Tapón del Darién.
Los planes, sin embargo, exigen un respaldo decidido de los socios regionales en tanto que, desde el equipo del presidente electo, aseguran que se han identificado tanto los incentivos como las presiones necesarias para garantizar la cooperación de estos países.
"Todo está sobre la mesa", enfatizó una de las fuentes, subrayando la importancia de establecer consecuencias claras para aquellos que no cumplan. "Una vez que el presidente restablezca la credibilidad y las consecuencias, no es algo que se tome a la ligera", apuntaron.
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