El número de clínicas de células madre en todo Estados Unidos ha aumentado de unas pocas en 2010 a más de 170 hoy día, muchas de ellas vinculadas a grandes cadenas con fines de lucro.
Nuevas clínicas continúan abriendo y los médicos que buscan ingresar a esa actividad solo necesitan tomar un seminario durante un fin de semana ofrecido por una compañía entrenadora.
Críticos dicen que hay una falta de regulación en torno a algunas de esas clínicas. El profesor e investigador de células madre de la Universidad de California, en Davis, Paul Knoepfler, compara la situación con la época de la conquista del Oeste.
“La tecnología de células madre es muy interesante y es como esta tecnología de punta del siglo XXI, pero la forma en que está siendo implementada en estas clínicas y cómo es regulada, es más como el siglo XIX. Es como el salvaje Oeste”, dice el Dr. Knoepfler.
Células madre de la médula ósea se han convertido en una terapia establecida para un grupo de cánceres a la sangre, y aunque hay grandes esperanzas de que las células algún día lleven a otro gran avance médico, críticos dicen que empresarios están tratando a pacientes con poca o ninguna evidencia de que lo que hacen sea efectivo.
Otras compañías ofrecen procedimientos con células madre para más de 30 enfermedades y condiciones, incluyendo la enfermedad de Lou Gehring, múltiple esclerosis, lupus y disfunción eréctil.
También hay clínicas que mercadean tratamientos anti envejecimiento, estiramiento facial y otros procedimientos cosméticos. El costo puede ser alto, entre $5.000 dólares y $20.000 dólares.
Muchos de los médicos que realizan esos procedimientos no tienen antecedentes en investigación de células madre.
Críticos de la industria han pedido que el sector sea regulado por la Administración de Medicinas y Alimentos de Estados Unidos, FDA, que regula medicinas experimentales y productos médicos a nivel nacional.
