El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, designó a cuatro embajadores durante el receso del Senado, con la finalidad de evitar el bloqueo legislativo a las nominaciones.
La designación directa es un recurso que los presidentes pueden utilizar cuando sus nominados son bloqueados o las audiencias permanecen estancadas.
La Casa Blanca anunció que el presidente realizará los nombramientos de los embajadores para Azerbaiyán, Siria, Turquía y la República Checa.
Los nombramientos duran sólo hasta el fin del próximo período de sesiones del Congreso y los designados difícilmente son luego confirmados por el Senado.
Pero en este caso en particular la polémica principal entre el gobierno y la oposición republicana se ubica en torno al embajador Robert Ford, designado para el puesto en Damasco, la capital de Siria.
Según la oposición, el nombramiento de un embajador a Siria sería como premiar a Damasco por su mal comportamiento.
Hacer “concesiones inmerecidas a Siria le indicará al régimen en Damasco que puede continuar avanzando con su peligrosa agenda sin tener que enfrentar consecuencia de Estados Unidos”, criticó la congresista de Florida, Ileana Ros-Lehtinen, quien será la próxima presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Congreso.
Según la representante Ros-Lehtinen, “es el mensaje equivocado a ser enviado a un régimen que continúa atacando y amenazando los intereses estadounidenses y de aliados críticos como Israel”.
El gobierno del presidente Obama argumenta que tras cinco años, la designación dde un embajador en Siria, puede ayudar a convencerlos para modificar sus políticas sobre Israel, el Líbano, Irak y el apoyo a grupos extremistas. El Departamento de Estado considera a Siria como un “estado que auspicia el terrorismo”.